Blog de denuncia y crítica social, dedicado a la defensa de los derechos de lxs menores (especialmente de lxs que viven tuteladxs o presxs) y a la lucha por una Intervención Social pública y de calidad.
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domingo, 31 de marzo de 2019
martes, 26 de marzo de 2019
domingo, 17 de marzo de 2019
El Estado te puede expropiar los hijos
La privacidad familiar ocasiona el que a su sombra se puedan
producir abusos. Constantemente nos llegan noticias de niños golpeados,
abandonados, desatendidos por sus familias. Lo ideal sería que parientes,
amigos o vecinos ayudaran a resolver el problema, pero eso no suele ocurrir por
desconocimiento o indiferencia, porque hace tiempo que la política acabó con lo
que había de tejido social. Será inevitable pues, que en tales casos intervenga
el Estado.
Pero una intervención buena en su intención se puede volver
perversa por el procedimiento empleado. La Ley de Protección Jurídica del Menor
es el procedimiento empleado. Regula que la Administración pueda invadir la
privacidad familiar so pretexto del “interés superior del menor”, propiciando
unos procedimientos infinitamente peores que los males que trata de corregir.
En realidad es una Ley de Des-protección Jurídica de la familia, un torpedo en
la línea de flotación de la dignidad y privacidad familiar.
Como resultado se oye decir con frecuencia que “las
Comunidades Autónomas roban niños”. Eso no es cierto sino peor, porque lo hacen
a cobijo de la mencionada Ley. Los “arrebatan”, los “expropian” como quien
embarga un cachivache. Os imagináis el cataclismo interior de un niño de tres o
cinco años, a quien sus papás dejaron muy de mañana en la guardería, y de
repente aparecen dos sujetos desconocidos que se llevan a la criatura, sin
explicación o contándole que los papás enfermaron o que son peligrosos o
cualquier otra milonga. Tratad de imaginar las vivencias del pequeño y tratad
de imaginar que le ocurriese a vuestro hijo. Si el chaval oyó alguna vez la
palabra “secuestro” ¿podrá dudar de lo que le está ocurriendo?
“Pero” eso ocurre bajo la supervisión de jueces y fiscales:
apariencia garantista mendaz por inconsistente y fácil de burlar, porque la
ejercen sobre una labor que la mencionada Ley encomienda a las Comunidades
Autónomas y éstas a su vez la encomiendan a supuestos técnicos, ONGs,
Fundaciones y a Empresas con notorio afán de lucro. Intereses mil
subvencionados en los que se extravía el Interés Superior del Menor.
Ya de entrada, cómo podríamos confiar en la gestión de
Comunidades Autónomas que están siendo incapaces de evitar que, bajo su
jurisdicción y responsabilidad, año tras año centenares de niños estén pasando
hambruna, durmiendo a la intemperie o esnifando pegamento. Según datos
oficiales recientes 2´4 millones de niños en nuestro país viven en la pobreza.
De éstos, 630.000 se encuentran en situación de pobreza extrema. Cáritas e
infinidad de otras entidades todos los años se lo vienen advirtiendo. Por eso
las Comunidades Autónomas necesitan protagonizar el rol acusador para no
protagonizar el rol culpable.
Por otra parte, se trataría de ofrecer a esos niños algo
mejor que lo que le ofrecen los padres que lo estén haciendo mal. Lo cual es
imposible, porque no se trata de lo que una institución quiera ofrecer sino de
lo que el niño necesita; y lo que el niño necesita es una buena crianza, que no
es labor profesional ni institucional sino parental e íntima. Implicación de la
que la Administración se escuda proclamando la “distancia óptima” profesional.
A los niños nunca les sobra tener padres; les sobran sus
carencias o deterioros. Cuando un niño necesita ayuda es evidente que su
familia necesita ayuda; lo que el niño no necesita es que le arrebaten lo único
que le va a durar, porque la Institución al cumplir la mayoría de edad los deja
en la calle, pero en peor situación: desarraigados y resentidos.
Y para mayor inri vivimos bajo unos gobiernos servilmente
sometidos a los dictados financieros, con lo cual, la supuesta bienintencionada
expropiación de hijos se ha convertido en un descomunal negocio: cuando un niño
es expropiado, su tiempo, sus expectativas de futuro, el tiempo y el futuro de
sus padres son colonizados por un ejército de interventores profesionales
subvencionados: hemos transitado de la sociedad de consumo a una sociedad de
consumidores y consumidos en la que muchos viven de administrar los
padecimientos ajenos. Inevitable secuela de una legislación aberrante que
deshumaniza y embrutece a los que la aplican. A parte de lo que cada cual en su
fuero interno se proponga ser o hacer ¿qué son los supuestos “técnicos” de los
que habla la Ley? sino comisarios políticos en el más puro estilo bolchevique.
Si el Estado aplica al cuidado de estos niños un sustancioso
presupuesto, un mínimo de 3.000 euros/mes
por niño expropiado ¿qué otro provecho de semejante gasto podría sacar?:
El que toda la aparente labor social se convierta en un sistema policiaco de
control omnímodo e impune. Los supuestos técnicos, los trabajadores sociales y
otros profesionales, adquieren así un poder que da grima. Se podrán filtrar
donde ni la policía puede hacerlo sin una orden judicial. Cúidate de pedirles
ayuda porque sus informes podrán servir para arrebatarte los hijos.
Si ni el niño ni su familia reciben esos dineros que el Estado
dice asignarles ¿a dónde van tales subsidios?: a la multitud de gestores de
expropiaciones y acogimientos. ¡Qué negocio tan sofisticado, de aspecto tan
discreto y altruista! Probablemente ni los que lo realizan lo vivencien como
tráfico de niños, pero no por ello deja de ser una atrocidad. Recientemente
conocí una madre a quien le habían arrebatado tres hijos. La ONG que los acoge
recibe 9.000 euros al mes por cuidar a esas tres criaturas. ¿Os imagináis lo
que cualquier familia y su vecindario podrían hacer recibiendo 9.000 euros cada
mes? Recientemente di una conferencia en Palma de Mallorca. Entre los que
asistieron había 14 madres/padres a quienes habían arrebatado sus hijos. Como
almas heridas hablaban de “mafias”, sin tapujos. No me parece honesto ignorar
sus relatos y reclamaciones escudándose en la frase “esos papás algo habrán
hecho”.
Por algo se están inventando las “familias profesionales” de
acogida; porque al voluntariado no se le paga y goza de tener opinión; pero a
los “profesionales” sí, se les paga, y a cambio se les puede exigir docilidad.
En una sociedad normal, sana, los chiquillos viven a costa de
sus papás mientras son menores; pero los que legislan se están inventando la
cuadratura del círculo, un voluntariado-asalariado, el mundo al revés: papás
asalariados “por acoger niños”. Y como los niños no son tontos y saben que el
que paga manda, pues ¡a mandar!
Llegados a este punto me parece urgente una advertencia
política: Cuándo estaremos dispuestos a enterarnos de que la dicotomía
derecha/izquierda falleció de ancianidad hace más de medio siglo. China por
ejemplo exhibe un comunismo y un capitalismo, de lo más unánimes.
Quienes están legislando sobre Menores tal vez se imaginen
ser de derechas o izquierdas, pero en realidad son de lo más unánimes. En
Mallorca por ejemplo incluso los de Podemos ya han opinado que en asuntos de
Menores “los técnicos están más preparados que los jueces”, lo cual aunque
pudiera ser cierto no debiera ahorrarnos garantías jurídicas.
De la anécdota que sigue, hablando de unanimidad, doy fe en
primera persona:
De 1976 a 1979, Landelino Lavilla fue Ministro de Justicia
del Gobierno de Adolfo Suárez. Decidió que algunos entendidos elaborasen un
“Estatuto del Menor”, una legislación especial para proteger a la infancia. Y
se desvivió en hacer propaganda de lo democrático que iba a ser. Pero cuando lo
llevó al parlamento al Estatuto del Menor le habían cambiado hasta los
entresijos y le llamaron Ley de Protección Jurídica del Menor. “Derechas” e
“Izquierdas” de entonces, Alianza Popular, el Partido Comunista, el Partido
Socialista Obrero Español y demás grupos parlamentarios, la aprobaron con
entusiasmo unánime, sin formular una sola pregunta ni poner una sola objeción.
No podía ser de otro modo porque la Ley de Protección
Jurídica del Menor la había redactado la Interpol en Schengen para toda Europa
y ya estaba aprobada antes de ir al Parlamento.
Sospecho que por el tono de algunos de estos párrafos no
faltará quien les atribuya excesivo apasionamiento; será si consideran más
importante guardar la compostura y las buenas maneras que el que te arrebaten
los hijos.
martes, 12 de marzo de 2019
jueves, 7 de marzo de 2019
8M Huelga General Feminista
El Estado español se encuentra a la cabeza de la Unión Europea en cuanto a desigualdad laboral entre hombres y mujeres. Seguimos teniendo mayor dificultad para acceder al mercado laboral (el 60% de la población inactiva es femenina) y cuando lo hacemos, cobramos menos, de media un 23% menos que nuestros compañeros (diferencia que va en aumento). Esta brecha salarial de género se debe a varios factores. Los sectores más feminizados tienen peores convenios o directamente no se les aplica ninguno (dos de cada tres trabajadores pobres son mujeres), y la parcialidad y temporalidad en la contratación también se ceba en nosotras: el 74% de los contratos a jornada parcial y el 67% de los contratos temporales.
La brecha salarial se perpetúa, conllevando una desigualdad en las pensiones. La menor cotización y los efectos de los parones en la vida laboral por motivos familiares (el 84% de las excedencias por cuidado de hijos fueron solicitadas por mujeres) terminan afectando, de manera que sólo el 37% de las mujeres percibe una pensión por jubilación frente al 62% de los hombres. Además, las que cobran pensión perciben de media un 38% menos que los hombres.
¡Basta de precariedad y salarios de miseria!
Por otro lado, los roles de género impuestos por la sociedad patriarcal, y sobretodo el desmantelamiento de los servicios públicos y la política de recortes y austeridad, recayendo mayoritariamente en las mujeres las tareas de cuidados, han agravado y profundizado esta desigualdad y opresión. En 2019 las mujeres seguimos siendo las encargadas de los cuidados a terceros, tanto en el ámbito doméstico como en el profesional. Los sectores vinculados a los cuidados (SAD, Geriatría, Intervención Social, atención a la Diversidad) son fundamentalmente femeninos (el 85% somos mujeres). Sólo nos supera en grado de feminización el sector del Empleo Doméstico.
Sufrimos una clara discriminación de género por dedicarnos laboralmente a los Servicios Sociales. Los datos son claros. Para acabar con la brecha salarial de género, es imprescindible que los sueldos de sectores como el nuestro, el de los Servicios Sociales, predominantemente femenino, se equiparen al alza con los sueldos existentes en otros sectores, y que los dirigentes sindicales de CCOO y UGT dejen de firmar Convenios Colectivos que perpetúan la precariedad y los bajos salarios, como ha ocurrido con el nuevo Convenio de atención a la discapacidad.
La igualdad se conquista luchando en las calles. Es necesaria una acción sindical combativa para imponer verdaderos Planes de Igualdad en todas las empresas, y que la lucha por los derechos de la mujer trabajadora no se reduzca a meras acciones o planes simbólicos de cara a lavar la cara de los mismos empresarios que nos explotan y perpetúan esta desigualdad. Por eso es necesario recuperar un sindicalismo de clase y combativo, que nos permita, luchando junto a nuestros compañeros, arrancar mejoras salariales, estabilidad en el empleo, y verdaderas medidas de conciliación en igualdad de condiciones para mujeres y hombres. Este es el único camino, y no la política de gestos vacíos que practican los dirigentes sindicales cada 8 de marzo, para volver al día siguiente a la política de paz social y de constantes cesiones ante empresarios y empresarias.
Sufrimos una clara discriminación de género por dedicarnos laboralmente a los Servicios Sociales. Los datos son claros. Para acabar con la brecha salarial de género, es imprescindible que los sueldos de sectores como el nuestro, el de los Servicios Sociales, predominantemente femenino, se equiparen al alza con los sueldos existentes en otros sectores, y que los dirigentes sindicales de CCOO y UGT dejen de firmar Convenios Colectivos que perpetúan la precariedad y los bajos salarios, como ha ocurrido con el nuevo Convenio de atención a la discapacidad.
La igualdad se conquista luchando en las calles. Es necesaria una acción sindical combativa para imponer verdaderos Planes de Igualdad en todas las empresas, y que la lucha por los derechos de la mujer trabajadora no se reduzca a meras acciones o planes simbólicos de cara a lavar la cara de los mismos empresarios que nos explotan y perpetúan esta desigualdad. Por eso es necesario recuperar un sindicalismo de clase y combativo, que nos permita, luchando junto a nuestros compañeros, arrancar mejoras salariales, estabilidad en el empleo, y verdaderas medidas de conciliación en igualdad de condiciones para mujeres y hombres. Este es el único camino, y no la política de gestos vacíos que practican los dirigentes sindicales cada 8 de marzo, para volver al día siguiente a la política de paz social y de constantes cesiones ante empresarios y empresarias.
Solo así evitaremos, por ejemplo, que las evaluaciones de riesgo y los planes de prevención en nuestro sector sean un mero paripé, afectándonos especialmente a las mujeres. Algo que lleva, en la práctica, a que en muchas ocasiones conseguir la baja por riesgo durante el embarazo suponga una lucha titánica para la trabajadora (además del riesgo de quedar estigmatizada por la empresa). Exigimos que en dichas situaciones se reconozca automáticamente en cuanto la trabajadora comunique el riesgo existente.
Existe una realidad completamente invisibilizada, tratada como un tabú: la violencia machista que sufrimos en el ejercicio de nuestras funciones en el puesto de trabajo, ejercida por usuarios pero también por otros trabajadores. Esta violencia va desde insultos sexistas y ninguneo por nuestra condición de mujeres, hasta situaciones de acoso por razón de género y agresión sexual. Por regla general, estas situaciones se minimizan e incluso se ocultan. Es intolerable. Se debe ser dar visibilidad a esta realidad, incluirla en las evaluaciones de riesgos y en los planes de prevención, y conformarse Comités Mixtos de trabajadoras y trabajadores que impidan con contundencia este tipo de actuaciones y agresiones machistas.
Más hechos y menos palabras. El 8 de marzo, ¡huelga general de 24 horas!
Hay razones más que de sobra para paralizar los centros de trabajo y secundar la HUELGA GENERAL de 24 horas el próximo 8 de Marzo, inundando las calles en centenares de manifestaciones convocadas a lo largo y ancho de todo el Estado. Sin embargo, de nuevo, como el año pasado, los dirigentes de CCOO y UGT plantean convocar paros parciales de dos horas, probablemente muchos de ellos acordados con las propias empresas. ¡Ese no es el 8 de marzo que queremos! ¡Queremos un 8 de marzo de huelga, lucha y reivindicación!
Un 8 de Marzo para enfrentar en las calles, con contundencia, a esa derecha reaccionaria y franquista conformada por VOX, el PP y Ciudadanos, que quieren hacernos retroceder en todos nuestros derechos como mujeres y como trabajadoras. La CGT ya ha convocado formalmente, junto a otros sindicatos, Huelga General de 24 horas para el 8 de marzo. Algunos sectores en CCOO, como la Federación de Enseñanza o Intervención Social Madrid también han planteado ya la convocatoria de huelga general, así como el Sindicato de Estudiantes, llamando a las y los estudiantes en institutos y universidades de todo el Estado a paralizar las aulas. ¡Este es el camino! ¡Solo así derrotaremos a la derecha y a la reacción! ¡Y solo así acabaremos con la violencia machista y la austeridad capitalista! ¡Todas y todos a la huelga y a las manifestaciones!