Desde la FAVB llamamos a la ciudadanía de todos los barrios de Barcelona a participar en la manifestación que diversos colectivos vecinales y sociales han convocado el próximo jueves, 14 de noviembre, a las 19.30 horas, y que saldrá de la calle de la Aurora , donde murió Juan Andrés Benítez al ser reducido y golpeado por un grupo de Mossos.
El desarrollo de este caso demuestra que no estamos ante una actuación insólita; son numerosas las denuncias por conductas arbitrarias, e incluso las imputaciones, contra agentes adscritos a la comisaría de Nou de la Rambla: 15, en el transcurso de una semana, por tres procedimientos diferentes. Ni tampoco nos encontramos ante el problema aislado de un barrio, aunque la vecindad del Raval se sienta con razón particularmente estigmatizado y maltratado. Estos hechos tienen que ver con la nefasta gestión política de la Consejería de Interior y con la consolidación de una casta de mando fuertemente corporativa, capaz de imponer sus criterios autoritarios en el Departamento.
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Las últimas declaraciones de Manel Prat, salvado in extremis de su destitución, se sitúan en el registro de la indecencia moral: la intervención que terminó con la muerte de Juan Andrés Benítez habría sido "más o menos correcta" ... Y, un año y cinco versiones oficiales después, el director de la policía sigue afirmando que las heridas que sufrió Ester Quintana "no fueron provocadas por una pelota de goma".
La ausencia absoluta de empatía hacia las víctimas de estas actuaciones y el desprecio por su sufrimiento son reveladores. De alguna manera, los más altos mandos policiales se consideran "en estado de guerra" ante un insidioso "enemigo interior": la contestación social. El debate sobre las pelotas de goma nunca ha estado técnico, sino político: se trata de poder "generar pánico" entre las multitudes. Los protocolos de la BRIMO responden a una lógica militarista. El espionaje de activistas sociales y el establecimiento de archivos-ilegales-con criterios ideológicos son propios de una policía política.
Por otra parte, la exigencia de "limpiar las calles de elementos indeseables", inseparable de la privatización del espacio público y del modelo neoliberal de "ciudad escaparate", induce prejuicios sexistas, racistas y de todo tipo. El encubrimiento de los excesos y el sentimiento de impunidad hacen el resto, propiciando que resurjan viejos demonios dentro de un cuerpo policial en la que la sociedad catalana ha depositado enormes esperanzas y en el seno del cual miles de hombres y mujeres, hoy rodeados de desconfianza, se esfuerzan día a día para cumplir con una tarea fundamental de servicio público.
Lamentamos la actitud del alcalde de Barcelona, que ha tardado un mes a hablar ... y sigue rechazando convocar la reunión del Consejo de seguridad. El señor Trias no nos ha perdonado que, hace meses, hubiéramos pedido la dimisión de Manuel Prado y tiene miedo de lo que podría decir ahora la FAVB. No importa: si no nos quiere escuchar el Salón de Ciento, nos deberá sentir en la calle.
El 14-N estaremos para exigir:
- El cese inmediato del Director de la policía y, en su caso, la reprobación del propio Consejero de Interior.
- Justicia para Juan Andrés, Ester y todas las víctimas de abusos policiales.
- Depuración de la comisaría de Nou de la Rambla.