PÁGINAS

lunes, 28 de abril de 2014

1º de Mayo. Por unos servicios sociales públicos, democráticos y de calidad


La red de servicios sociales, una conquista histórica del movimiento obrero y uno de los pilares básicos del llamado estado del bienestar, está en peligro de muerte. La privatización, al introducir el lucro empresarial, pervierte en origen el objetivo que debería tener los servicios sociales, convirtiéndose en suculentos negocios para la patronal. De esta forma, vía conciertos y subvenciones, el enorme caudal de dinero público, destinado a cubrir las necesidades personales y sociales de las personas con dificultad, se ha ido desviando, en gran parte, hacia manos privadas. Además, la privatización ha traído, al sector de la Intervención Social, unos intolerables niveles de precariedad laboral, afectando a la calidad del servicio, facilitándose la arbitrariedad en la toma de decisiones, tanto por parte de las entidades del sector como de la propia administración, y potenciando la represión sindical, lo que no sólo repercute en las condiciones laborales y salariales sino que incluso limita a los/as trabajadores/as en uno de los aspectos fundamentales de su labor profesional: la defensa de los intereses de los usuarios/as. De igual forma, la privatización también juega un importante papel político, ya que permite a las distintas administraciones o a la Consejería de Familia y Asuntos Sociales enajenarse de sus responsabilidades, pues delega sus funciones en las entidades que pasan a gestionar el servicio.

En el actual contexto de crisis estructural del sistema capitalista, el alto grado de privatización está permitiendo que el sistema de servicios sociales pueda ser desmantelado con relativa facilidad debido a su funcionamiento a base de convenios de carácter temporal, los cuales basta con no ser renovados para que vayan desapareciendo servicios. Debido a los recortes, la cobertura social se está debilitando a marchas forzadas y miles de compañeros/as del sector han perdido su puesto de trabajo. Con la crisis como excusa, muchos recursos se cierran y se están eliminando servicios, dejando a los usuarios/as sin la asistencia que necesitan y a la que tienen derecho. Y como en todo proceso de reconversión, el sector quedará cada vez en menos manos, haciéndose con todo el pastel las multinacionales de la beneficencia, en especial las vinculadas a las grandes fortunas del país y a la jerarquía de la Iglesia, desapareciendo aquellas entidades que desarrollan su labor de manera más honesta y transparente.


No podemos permitir que nos cambien derechos sociales por caridad. Es necesario revertir este proceso de recortes y desmantelamiento del sistema de protección social. Además, consideramos necesaria la incorporación de los distintos recursos a la red pública, acabando con la privatización. Porque sólo a través de la titularidad y gestión pública de los recursos se puede garantizar la protección de los derechos de la ciudadanía y desarrollar otros modelos de intervención más acorde a las necesidades, al igual que ofrecer unas condiciones laborales dignas.

¡Viva la lucha de la clase obrera!
¡Viva el Primero de Mayo!
¡ACUDE A LAS MANIFESTACIONES!