Escritora, poeta e investigadora, directora del periódico digital www.tenemoslapalabra.com y biógrafa de famosos,
Consuelo García del Cid colaboró durante los años
setenta y ochenta del pasado siglo con publicaciones como Ajoblanco, El
Viejo Topo y Ozono. Es también autora del libro de relatos “Por lo que
hemos sido” y ha formado parte como poeta en la “Antología Nueva Poesía
Castellana” (1979) y en la “Antología Peliart” (1980). Fue premio de
poesía Literaducto (1979) y finalista del premio de Novela Elyssée por
su obra “Una enjundia de nada” (1978). Es autora de las novelas “Te la
quitaré aunque esté muerto”, “Librada”, “Las razones del recuerdo”,
“Memorias de la Traición” y “La Soprano Muda”.
Ha publicado
varios ensayos políticos, obras de investigación y denuncia sobre casos
de abusos y maltrato a mujeres y robo de niños en centros públicos
durante el franquismo: “Las desterradas hijas de Eva”, “Ruega por
Nosotras”. Es coautora, junto con Chus Gil, de “Preventorio de
Guadarrama”, “La voz de la memoria”, “Camino de la Justicia” (libro que
recoge testimonios de los niños robados durante y después del
franquismo).
¿Cómo es que la poeta acaba siendo guerrera?
Mi poesía
nació de la guerra. De mi guerra personal y particular desde que tengo
memoria. No sabría decir desde cuándo escribo. Era una niña. Gané un
concurso de redacción que se convocó a nivel nacional, y eso hizo creer
que era posible, que podía hacerlo. Hasta entonces, me avergonzaba de lo
que escribía. Luego llegó mi primera Olivetti, una máquina de escribir
que supuso una especie de armamento interior. Yo salí de Amagatotis, un
lugar mágico de la Barcelona de los 70. Allí estábamos todos, o casi
todos. Era maravilloso. Yo era una adolescente rebelde que no aceptaba
los rigores familiares ni el país donde vivía. A los 15 años me metieron
en el reformatorio de las Adoratrices de Madrid. Más tarde fui
trasladada al Buen Pastor de Barcelona. Estuve encerrada de los 15 a los
17, y he sido testigo directo del robo de niños. Tenía que contarlo.
España tenía que saber lo que hicieron con miles de menores que pasamos
por un sistema penitenciario oculto sin haber cometido delito alguno. El
día de mi libertad, al despedirme de mis compañeras en el patio, les
juré que aunque pasaran 40 años, yo sería escritora, y España entera
sabría lo que nos habían hecho. 36 años después, lo denuncié con mi
libro "Las desterradas hijas de Eva". Más tarde, seguí con "Ruega por
nosotras". Entonces yo vivía en Austria. Volví a España hace dos años y
me convertí en activista. Me enterrarán con esto.
¿Qué vínculos encuentra entre nuestra “memoria histórica” y nuestro presente en el caso del robo de niños?
Todos.
Nunca dejaron de hacerlo. Cuando en 1985 desapareció la institución
fascista que denuncio en mis libros, el llamado Patronato de Protección a
la Mujer, dependiente del Ministerio de Justicia, ese mismo año cambian
la ley del menor y se da todo el poder al funcionariado sin necesidad
de un juez. Los Servicios Sociales, sus técnicos, te pueden dejan sin
hijos en 24 horas, y lo hacen. Basta con sentarse a pedir ayuda. Basta
con la llamada de un vecino, puesto que funciona la delación. Se han
cambiado las formas, pero no el fondo. Ahora, el robo de niños es legal.
Por eso mi última obra "El desmadre de los Servicios Sociales", que
tanto molesta. Lo cuento con pelos y señales. Todo el sistema, toda la
organización, que parte de una memoria reciente de la que nadie se había
ocupado jamás. Somos el país de la desmemoria, de los tupidos velos, de
la ley del silencio y de la ley mordaza. Pero a mí no me van a callar.
Los niños se han convertido en un negocio. Por cada retirada de tutela
se pagan de tres mil a seis mil euros.
¿Maldad, perversión, corrupción, incompetencia, negocio, falla estructural… o todo junto?
Fascismo.
Negocio redondo. Presión por imponer un patrón femenino. No aceptan
nuevos modelos de familia, aunque se defienden los vientres de alquiler.
España es un país bipolar por naturaleza. Te pueden quitar un hijo por
vivir en una ecoaldea, por ser vegana, madre soltera, pobre,
alternativa, por cualquier argumento absurdo que será engordado en los
informes de los Servicos Sociales. Criminalizan a las familias, son
acusadas de verdaderas atrocidades con informes falsos y manipulados. La
indefensión es absoluta, y los afectados acaban colgados en un limbo
jurídico. Los Servicios Sociales siempre ganan, ellos son el poder. Se
ceban en las separaciones matrimoniales. Son juicios salomónicos donde
los niños acaban destrozados. Se presenta la policía en tu casa y te
arrancan a tu hijo de los brazos. Así, por increíble que parezca. Los
centros de menores, en su mayoría, son verdaderos Guantánamos. Se han
privatizado. Detrás de todo esto hay una fortuna que se mueve con forma
de ONG, centros, informes, psiquiatras, psicólogos… todos forman parte
del sistema. Los Servicios Sociales.
¿Es este un crimen que sólo afecta a madres marginadas?
En
absoluto. Eso es lo que la mayoría piensa, y no es así. Afecta a madres
de clase media, incluso de clase alta. Basta con separarse de un
maltratador, con que una familia no esté de acuerdo con la vida de su
hija, puesto que en algunos casos las denuncian sus propios padres.
Mujeres universitarias, artistas, diplomadas… Es el viejo patrón del
antiguo Patronato de Protección a la Mujer.
Los
españoles, especialmente los funcionarios de la administración, creen
que se hace un gran trabajo social, que los Servicios Sociales son,
junto con la Seguridad Social y la Educación Pública los pilares del
Estado del Bienestar…
Los
funcionarios ni siquiera conocen el viejo patrón, se les ha impuesto un
modelo y lo siguen. Aunque sean conscientes del drama que tienen
delante, acaban siendo administradores del dolor. Su poder no se
discute. Actualmente, las bajas laborales por ansiedad de los
trabajadores sociales es alarmante. Están saturados. Algunos sí hablan,
pero de forma anónima. Y muy pocos han abandonado su puesto de trabajo,
conscientes de las atrocidades que se cometen a diario. Esto estallaría
si todo el funcionariado de los Servicios Sociales se pusiera en huelga
denunciando el sistema. Pero dudo que suceda, por lo que el trabajo es
nuestro. De las madres, las familias y las personas implicadas que nos
estamos dejando la piel a diario con las armas que tenemos. Yo pongo la
pluma, también conferencio por toda España. Pero no es suficiente. Por
eso me convertí en activista.
¿Qué papel tiene el Poder Judicial en este entramado?
El poder
judicial está al servicio del poder político. No nos engañemos. Es un
castillo de naipes que sólo nosotros podemos hacer que caiga con
manifestaciones multitudinarias y protestas constantes, sin tregua.
¿Y qué cuentan nuestros políticos?
Yo me he
entrevistado en el Congreso con casi todos los partidos. Cuando les
cuento lo que está pasando, se echan las manos a la cabeza. No lo saben
(eso dicen) y si algunos intuyen algo, desconocen la realidad actual.
Denuncié todo el sistema en el Senado el pasado 30 de mayo. Con ello, ya
ninguno podrá decir que no sabe nada. El único partido que me ha
ayudado ha sido Ciudadanos. Pese a no compartir su ideología, son los
únicos que se están mojando, las cosas como son, y así las digo porque
es la pura verdad. Los demás no han hecho nada. Absolutamente nada. Te
reciben, te escuchan y luego ya ni te contestan un correo electrónico.
¿Qué pasa con los medios y la opinión pública?
La
mayoría de los medios enmarcan las retiradas de tutela en crónicas de
sucesos, como si fueran casos aislados. Los casos "aislados" son las
retiradas justificadas, que las hay, pero son mínimas. Sí he podido
expresarme libremente en algún canal televisivo, como 8tv, con Josep
Cuní. No me censuró una sola palabra. Y me consta que la centralita del
canal está saturada de llamadas de madres que quieren denunciar su caso.
Por otro lado, tengo una sección todos los miércoles por la noche en
una emisora de radio, Vuelo714, donde semana tras semana hablo del
asunto y presento dos o tres casos. Estoy y estaré eternamente
agradecida a Vuelo714, se han implicado muchísimo.
¿Realmente
hay un negocio oculto, es el de los menores tutelados un “sector en
expansión” que ayuda mucho a mejorar las “cifras del paro”?
Redondo y
evidente. Los menores son un negocio, como te he dicho antes. De 3.000 a
6.000 euros por niño tutelado, más las ONG que chupan del bote
disfrazadas de buenismo, más las subvenciones… Las mismas congregaciones
religiosas de los reformatorios franquistas están gestionando ahora los
centros de menores impartiendo su sistema adoctrinador. Todo ello
genera muchos puestos de trabajo, pero muchísimos, y luego nos venden la
moto de que bajan las cifras del paro. Jugada maestra. Y la sociedad
traga. Las cifras del paro bajan con el secuestro institucional de
menores. Es un imperio económico que no se revierte en los niños, puesto
que visten ropa de segunda mano y les suministran comida caducada, tal
como ha denunciado Mónica Oltra. Otra diputada mallorquina, Xelo
Huertas, ha pedido la revisión de miles de expedientes del IMAS
(Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales). Esas son las políticas con
un par, necesarias, que han plantado cara al sistema.
¿Quién se ocupa de los afectados? ¿Se están organizando?
Los
propios afectados y las asociaciones que se han ido creando, como
SIMICAT y Marea Turquesa, actuamos de forma constante en distintos
escenarios. Hay un movimiento diario muy intenso en redes sociales. Se
convocan concentraciones, manifestaciones, se intenta ayudar a los
afectados, se les da información con el fin de que no se sientan
perdidos, incluso asesoramiento jurídico gratuito. Hacemos lo que
podemos, y esto ya no hay quien lo pare. Está a punto de estallar. Lo
vamos a conseguir. El 12 de septiembre se ha convocado una manifestación
en Madrid a las 12 del mediodía a la que -sorprendentemente- se ha
unido Portugal, Brasil, Argentina, Paraguay e Uruguay. Está sucediendo
lo mismo en todo el mundo. Los países que he mencionado, se manifestarán
el mismo día y a la misma hora. La iniciativa partió del equipo “Doble
Victimización”,, a la que se unió SIMICAT y otras plataformas. También
se han adherido las víctimas del robo de niños franquista pertenecientes
a Nuevo Ágora y Camino de la Justicia. Esperamos que sea un acto
multitudinario y con repercusión internacional. Izquierda Unida nos
apoya también.
¿Es más duro perder un hijo que ir a prisión?
No hay
nada más duro en la vida que perder un hijo. Va contra natura. El dolor
es eterno. Las madres están destrozadas, y en ello se apoyan los
Sservicios Sociales para decir que están todas locas. ¡Ellos las vuelven
locas! Siempre hago la misma comparación: si hay quien se suicida
porque no puede pagar su hipoteca y se queda sin casa, ¿cómo se supone
que puede estar una madre que pierde a su hijo?. No hay nada peor que
eso. Lo que están haciendo es un auténtico crimen.
¿Qué ocurre con los menores tutelados?
Mediación
forzosa para que "no molesten", medidas de contención, celdas de
aislamiento, palizas, humillaciones, malos tratos… Un desmadre total.
Hay denuncias en el Defensor del Pueblo. Afortunadamente, la situación
de los menores en los centros sí está saliendo a la luz. En eso, la
prensa no se corta. A diario se publican artículos que ponen los pelos
de punta. Embarazos no deseados... ¿Dónde está la protección? Menores
violadas y prostituidas... ¿Protección del menor?… Algunos centros
funcionan relativamente bien, pero la mayoría, son Guantánamos.
¿Cómo rehacen sus vidas esos menores una vez cumplidos los 18?
En la
puta calle, sin oficio ni beneficio y desamparados. Son futuros
delincuentes. Ahora están creando algunas medidas, como los pisos
tutelados, puesto que se ha hecho público el asunto de los centros. Pero
todo es lento, y durante ese tiempo, el menor ya está destrozado y
marcado para los restos.
¿Cuál sería el decálogo preventivo para las familias que pueden verse en esta pesadilla?
Yo no tengo un decálogo, sólo puedo añadir lo que conozco:
Que nadie vaya a pedir ayuda a los Servicios Sociales, aunque esté pasando hambre.
Si se activa una "intervención", que busquen ayuda en asociaciones de
afectados donde nadie les pida dinero. Ni cuota, ni donativos. Nada.
Porque existen, y las he nombrado anteriormente.
Que no tengan miedo ni se dejen dominar por los Servicios Sociales.
Que se rebelen constantemente de forma pública, porque nuestra fuerza es
la única. La más potente. Y acabaremos con todo esto, cueste lo que
cueste. Somos perfectamente conscientes del riesgo que asumimos. Nos
enfrentamos a un monstruo: el gran poder. Son nuestros niños, la vida de
los niños, están matando infancias, matando madres, familias, vidas
enteras.
Háganos, por favor, un listado con cifras para poder calcular la dimensión de esta realidad...
En 2105,
42.628 menores fueron separados de sus padres. Esta es la estadística de
tutelados a fecha de diciembre del 2015, según datos oficiales del
Observatorio de la Infancia. No disponemos de datos más recientes puesto
que el informe del 2016 se halla en proceso de elaboración. La retirada
de tutelas aumenta de forma vertiginosa. ¿Democracia? ¿Memoria
histórica? Estamos en agosto de 2017. Que cada uno asuma el cálculo que
considere. Las cifras hablan solas. Nadie puede mirar hacia otro lado.
Las madres y las familias que han perdido a sus hijos en manos de los
Servicios Sociales han perdido también el miedo. Sabemos que la bestia
avanza, pero somos decenas de miles, nos hemos organizado y no vamos a
parar.