PÁGINAS

martes, 14 de agosto de 2018

¿Qué fue de..? Monseñor Ureña

Tras los dos portazos giratorios que hemos visto, nos toca el cura. Porque la Iglesia tampoco se quedó al margen del visionario viaje emprendido por el piadoso don Emilio.


Manuel Ureña Pastor es licenciado en Teología Dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Filosofía Pura por la Pontificia Universidad Angelicum de Roma. Su curriculum da más miedo que la cofia que lleva, ¿que no?

En 1988 Juan Pablo II le nombra obispo de Ibiza. En 1991 pasa a ser nombrado obispo de la recién constituida diócesis de Alcalá de Henares (tristemente famosa por los discursos homófobos y las misas fascistas del actual obispo complutense, Juan Antonio Reig Pla). Ureña se mantuvo en ese cargo hasta 1999, año en que fundó junto a otros ilustres la Fundación O´Belen, con sede en Azuqueca de Henares. De Alcalá pasó a ser obispo de Cartagena, hasta 2004.

Curiosamente, en esas fechas O´Belen da el salto de Castilla La Mancha a la Región de Murcia (controlando el privatizado servicio de familias de acogida) y a la Comunitat Valenciana, tierra natal de monseñor (gestionando centros como el controvertido Baix Maestrat). Y a partir de ahí empieza la expansión. Hay que tener poca fe para no ver que es sólo una casualidad. Cualquier otra versión sobre posibles intervenciones "divinas" en este pelotazo sería pura difamación. Vamos, como aquello de "todo es falso salvo alguna cosa".

En 2005 es nombrado arzobispo de Zaragoza, donde ha destacado por su lucha por los derechos del nasciturus ("el cigoto tiene los mismos que un ser de 40 años" porque "eso es lo que dice la Iglesia y eso es lo que digo yo, la verdad es esa") y del matrimonio eterno e irrescindible entre el hombre y la mujer ("el pecado ha intentado alterar una institución de derecho natural", sobre el matrimonio homosexual).

Tal supuesta rectitud moral contrasta con el desenlace de su historia pública. En 2014 fue obligado a renunciar (algún medio dijo fulminado) por el papa Francisco ante las sospechas de que Ureña intentó silenciar el acoso de un párroco a un diácono indemnizando al joven con 105000 euros. Según rumores probablemente malintencionados, esto fue la gota que colmó el vaso. Se dice que, otras irregularidades al margen, el Seminario de Zaragoza se había convertido en una especie de Sodoma y Gomorra, incluyendo alguna pelea con arma blanca entre seminaristas.

Venga, un Salve pa Monseñor!!!!