PÁGINAS

jueves, 19 de abril de 2018

CCOO y CGT denuncian la situación de las mujeres sin hogar


El 8 de marzo no debe ser un día aislado para denunciar la situación de las mujeres, por eso, hoy las profesionales de la Intervención Social denunciamos la situación de extrema vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres sin hogar.      

Las personas sin hogar son un colectivo muy heterogéneo caracterizado por una fuerte exclusión social y una gran vulnerabilidad ante todo tipo de abusos y agresiones. El 20% son mujeres, y llegan a la calle en peores condiciones que los hombres. 

Más allá de los datos oficiales, existe una bolsa muy importante de sinhogarismo femenino que permanece oculto. Muchas mujeres, antes de verse en situación de calle, buscan refugio en casa de familiares y amigos, o terminan soportando violencias de todo tipo.
Las causas del sinhogarismo de las mujeres tienen su origen en el sistema patriarcal, no debemos olvidar que el 70% de las personas en situación de pobreza son mujeres. Las tasas de desempleo de las mujeres duplican las de los varones, y sus salarios y  pensiones son inferiores. También sufren en mayor medida que los hombres  precariedad e inestabilidad laboral, con mayores tasas de temporalidad y parcialidad en la contratación, siguen asumiendo las reducciones de jornada y excedencias por cuidados familiares… 

Es difícil, quizás imposible, encontrar una mujer sin hogar que no haya sufrido violencia de género: muchas, antes de encontrarse en situación de exclusión social, después, prácticamente todas. En demasiadas ocasiones la violencia sufrida en un entorno de pareja y/o familiar es el origen de situaciones de exclusión: por sus consecuencias en la salud física y psíquica de las víctimas, por la falta de apoyo familiar y social, por la falta de recursos económicos y por la escasa e inadecuada respuesta ante estas situaciones por parte de las distintas administraciones.
Graves carencias en la red municipal de atención a personas sin hogar de Madrid
Los recursos de la red no son seguros para las mujeres. Los centros de acogida y albergues municipales están muy lejos de poder ser considerados espacios libres de violencia machista.

Esto es así porque la perspectiva de género está completamente ausente en el diseño de la red. No hay centros específicos para mujeres, y en los mixtos el personal no cuenta con formación especializada, ni elementos de actuación definidos para mujeres. De hecho, ni siquiera existe un protocolo de actuación ante casos de violencia de género en la red, situación que aumenta la indefensión de las víctimas en los propios centros e incluso pone en riesgo la integridad física de las profesionales.
La falta de plazas (incluso durante la “campaña de frío”) y las largas listas de espera para acceder a los recursos, deja a muchas personas sin hogar durmiendo literalmente en la calle, quedando en una situación de gran vulnerabilidad (un  44% de hombres sin hogar ha sido víctima de delitos de odio, porcentaje que aumenta al 60.4% en las mujeres). En el caso de las mujeres sin hogar, esta situación aumenta el riesgo de sufrir agresiones sexuales: una de cada cuatro mujeres sin hogar es violada, siendo también víctimas de otros tipos de violencia machista (explotación sexual, malos tratos, acoso, abusos).

Es necesaria la elaboración de un protocolo de actuación ante casos de violencia de género en la red municipal de atención a personas sin hogar, además del aumento de plazas para que nadie se vea obligada a dormir en la calle. A su vez, consideramos urgente tanto la creación de recursos específicos para mujeres como la revisión del funcionamiento de la red en su conjunto para incluir la transversalidad de género en su diseño.

La Comunidad de Madrid mercadea con la atención a las víctimas de la violencia de género 

La respuesta de las administraciones es fundamental para evitar que situaciones de violencia de género terminen con sus víctimas, mujeres y menores, en riesgo de exclusión social. Sin embargo, la Comunidad de Madrid no hace más que precarizar la atención a las víctimas.

Tras años de recortes, en 2013 la Comunidad de Madrid subastó al mejor postor la gestión de la Red de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género. Y Cristina Cifuentes ha seguido la estela, manteniendo el ahogo económico y la escasez de recursos y plantillas en los distintos recursos, dejando sin gastar aproximadamente el 30% del presupuesto destinado a la lucha contra la violencia machista.

Ahora en 2018,  en vísperas de que entrara en vigor la nueva Ley de Contratos del Sector Público, mucho más garantista, el gobierno Cifuentes da una nueva vuelta de tuerca, publicando los nuevos pliegos primando el ahorro económico, con “subasteo” e imponiendo tal nivel de precariedad que hace inviable el servicio.

Apuesta por la gestión directa de los servicios públicos

Los Servicios Sociales son un servicio público. Un servicio necesario para garantizar los derechos de la ciudadanía. Pero la privatización pervierte esta relación, supeditándola a las necesidades del negocio empresarial. Consecuencia de la externalización, la gestión del ejercicio de nuestros derechos está en manos de entidades privadas de todo tipo, incluso de “fondos buitre”. Situación inaceptable, especialmente en temas tan sensibles como la atención a personas sin hogar y la lucha institucional contra las violencias machistas.

La gestión directa de los servicios públicos es, además, la manera más eficaz de atajar la corrupción y la sangría económica de dinero público que termina repercutiendo en cualquier cosa que no sea la calidad del servicio y las condiciones de sus plantillas, que también afecta a los Servicios Sociales, como demuestra el caso de la empresa GINSO (Asociación para la Gestión de la Integración Social),  que gestiona centros de menores y que aparece entre los papeles de la trama Púnica según hemos conocido recientemente.