Los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) son cárceles encubiertas para inmigrantes que no han cometido delito alguno, pues la residencia sin papeles no es más que una falta administrativa.
La existencia de los CIEs refleja una creciente criminalización contra la población inmigrante. Sólo el 53% de las personas retenidas son finalmente expulsadas. Para el 60% de los que están entre 40-60 días finalmente no se ejecuta su expulsión. El internamiento genera muchas situaciones de sufrimiento injusto, en unas condiciones mucho peores que las cárceles. La población inmigrante recluida en el CIE Aluche sufre malos tratos, castigos colectivos, privación de salir al patio o prohibir ir al servicio durante la noche. Tienen que orinar en los lavabos de los módulos donde duermen seis u ocho personas en literas o hacerlo en una botella. Existe trato vejatorio y racista a los internos y a sus familiares.
Diversas organizaciones sociales, el Defensor del Pueblo e incluso el Parlamento Europeo han denunciado la falta de garantías en este centro. El titular del juzgado de Instrucción número 6 de Madrid ha denunciado en un auto la “especial gravedad” en el caso de Aluche, en el cual, según narra, ni siquiera existe una habitación de enfermería donde tratar a los aislados. El pasado mes de diciembre murió por meningitis una ciudadana congoleña que puso de relieve las condiciones infrahumanas en las que se encuentra la población inmigrante.
En el CIE de Aluche se retienen hasta 280 personas en celdas para entre seis y ocho detenidos, y allí pueden permanecer hasta un máximo de dos meses -el plazo que marca la ley para ejecutar la deportación-, careciendo incluso de aseos en un gran número de habitaciones.
Por otro lado, el CIE Aluche, entre los distritos de Latina y Carabanchel, se encuentra en la parcela de la antigua cárcel de Carabanchel, famosa también por retener de manera injusta a personas inocentes. La prisa por transformar una parte de la antigua cárcel en esta para inmigrantes contrasta con el abandono del resto de la parcela, en una zona que tiene múltiples necesidades y falta de equipamientos sociales. Espacios como este deberían tener un uso más positivo para la ciudadanía y no para violar sistemáticamente los derechos humanos.
Por todo esto, los vecinos y vecinas de Latina y Carabanchel, a través de la Coordinadora y las asociaciones de vecinos mencionadas, pedimos el cierre inmediato del CIE Aluche por su hacinamiento, inadecuadas condiciones de habitabilidad, inexistencia de condiciones sanitarias –en el que no se permite el acceso de medicinas a los recluidos- y de aseo para los retenidos. No queremos, ni en nuestro barrio, ni en ningún otro barrio, unas instalaciones así donde se están vulnerando los derechos fundamentales.
Ser inmigrante no es un delito. No a la criminalización. No a las redadas policiales. No a las expulsiones. ¡¡CIERRE DEL CIE, YA!!