lunes, 2 de julio de 2012

Solidaridad con la lucha de los mineros

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10 DE JULIO: Recibimiento en Moncloa a las 22 hs y marcha nocturna


11 DE JULIO: Manifestación, a las 11 hs desde Colón hasta el Ministerio de Industria


Los mineros, una vez más, se ven obligados a defender en la calle los puestos de trabajo. Los recortes anunciados para el sector suponen en la práctica  el cierre de la minería en el estado español y la muerte definitiva de las comarcas mineras. Estos recortes afectarían según datos de 2010 del Plan Estadístico Nacional de Minería, a cerca de 40.000 puestos de trabajo que genera el sector. 

Rechazamos las políticas de la UE de desmantelamiento de los sectores públicos y estratégicos. No podemos aceptar estas directivas como algo infalible e inevitable, cuando lo único que buscan es el enriquecimiento de un puñado de capitalistas y condenan al paro a millones de trabajadores.  
Por este motivo pensamos que la solución no pasa sólo por negociar prórrogas a las subvenciones. Los trabajadores de las cuencas no son culpables de la ineptitud de sus gobernantes a la hora de transformar las ayudas europeas en nuevos sectores productivos. Una vez más se han dejado las iniciativas en manos privadas y éstas han saqueado los fondos. Por eso,  hay que exigir el mantenimiento de todos los empleos en los pozos en tanto no se garanticen puestos de trabajo alternativos en otras ramas de la industria. El cuento  de la competitividad y la rentabilidad ya no se lo cree nadie. No hay dinero para mantener los empleos en la minería, en la educación, en la sanidad; pero sí hay 20.000 millones para Bankia. ¿Es esto rentable para la sociedad? 

En esta batalla, los trabajadores debemos tener nuestra propia voz. La patronal del carbón, que de forma oportunista espera ahora que el sudor y la sangre de los mineros les saque las castañas del fuego, es la misma que paga en el día a día salarios de miseria, impide en muchos casos la organización sindical y se niega a aplicar las más elementales normas de seguridad, mientras se enriquece  a costa de las subvenciones públicas. Para terminar con esto hay que reivindicar  la expropiación y la nacionalización de toda la minería privada, integrándola en una gran empresa  minera estatal que garantice la continuidad de este sector estratégico y de todos los empleos.