sábado, 11 de agosto de 2012

Solidaridad con el Sindicato Andaluz de Trabajadores

El pasado miércoles 8 de Agosto miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), encabezados por el diputado de IU y alcalde de Marinaleda Sánchez Gordillo y por el Secretario de dicho sindicato Diego Cañamero, entraron en un Mercadona en Écija y en un Carrefour en Arcos de la Frontera llevándose varios carros de comida que repartieron en barrios y entre personas que actualmente no pueden acceder ya a una cuestión tan básica como la alimentación.
Estamos asistiendo a una brutal campaña de criminalización calificando a los compañeros del SAT que la protagonizaron de simples ladrones. Imágenes de otro tiempo con un Ministro del Interior ordenando detenciones nos vuelven a recordar quién es quién. Ahora apelan a la justicia, mientras con sus políticas laborales y de recortes hunden en la miseria a miles y miles de familias trabajadoras. Quien indulta a ladrones (el caso de Tomás Gómez Arrabal es un buen ejemplo) ahora exige que todo el peso de la ley caiga sobre quienes llevaron a cabo este acto de "expropiación". Luchar no es un delito.
Desde el Colectivo No a O´Belen queremos mostrar nuestra solidaridad y nuestro apoyo incondicional a los compañeros del SAT, por lo que exigimos la puesta en libertad sin cargos de todos los compañeros detenidos. Y queremos aprovechar para mostrar nuestro enérgico rechazo a la hipocresía de los empresarios propietarios de las grandes superficies comerciales: las multinacionales de la alimentación son unas de las que más han incrementado sus beneficios en los últimos años, haciendo de este sector una fuente ingente de negocios mediante el incremento constante del precio de los alimentos, especulando con las necesidades básicas del conjunto de la población. El propio Mercadona consiguió en 2011 un beneficio neto de 474 millones de euros, un 19% más respecto al año 2010.
Como bien han explicado los compañeros del SAT, la solución a los problemas que sufrimos los trabajadores no es la caridad, que se ha convertido en otro negocio:  las empresas que hacen donaciones al Banco de Alimentos obtienen importantes incentivos fiscales utilizando este mecanismo, e incluso en algunos casos subvenciones directas que cubren la retirada del producto, su envasado y su transporte, obteniendo incluso beneficios respecto de una parte de los alimentos, que en caso de no donarlos tendría que tirar, corriendo con dichos gastos. Por otro lado este mecanismo sirve a su vez para mantener en muchos casos los precios mediante la reducción de la oferta. El propio Banco de Alimentos de Navarra, demostrando el carácter de estas entidades privadas, ha solicitado al Gobierno que incremente las desgravaciones fiscales hasta en un 50% para las empresas que les donen alimentos.
La solución a nuestros problemas pasa, precisamente, por expropiar a los grandes empresarios, poniendo el sistema productivo bajo el control democrático de los trabajadores. Como han hecho los compañeros en Marinaleda. Sirva este enlace como nuestro modesto homenaje a los compañeros del SAT: Marinaleda, el sueño de la tierra