miércoles, 19 de diciembre de 2012

Violencia

Cuando desde los Servicios Sociales somos tantas y tantos profesionales quienes venimos avisando desde hace años de que la falta de inversión en Servicios Sociales genera violencia, no es por casualidad, si no porque lo vemos cada día.

La necesidad no hace a la gente violenta, pero puede hacer que quien pasa verdadera necesidad no tenga más remedio que asumir conductas violentas. Además, quien ya es violento o tiene tendencia a serlo, de manera infalible, lo irá siendo cada vez más si se encuentra en estas situaciones. ¿Qué actitud sería capaz de tomar cualquier persona que ve cómo sus hijas e hijos no tiene cubiertas sus necesidades más básicas, o se van a quedar en la calle, o no son atendidas a tiempo sus necesidades sanitarias, o se les excluye en el ámbito escolar por no poder pagar lo que necesita?

Quien no es protegido por el sistema, quien es apartado del mismo, está recibiendo de forma directa una forma de violencia estructural e institucional que, en cada vez más casos, sólo puede engendrar como respuesta más violencia, contra el propio sistema y sus instituciones o contra su entorno inmediato: pareja, hijas/hijos, padres, vecinos/vecinas, compañeros/compañeras… o hacia la primera persona que se cruce en su camino. Es violencia dejar sin atención a las víctimas de esa violencia, sean mujeres, menores, mayores, discapacitados, inmigrantes, etc.

Y es violencia no permitir trabajar la prevención de esa violencia cuando se puede hacer y se estaba haciendo por medio de los equipos especializados de Servicios Sociales que se están terminando de liquidar actualmente. Es violencia dejar únicamente en manos de las religiones y de las fuerzas de seguridad atajar la violencia, sobre todo, porque la propia existencia de los Servicios Sociales y su evolución ha demostrado sobradamente que las instituciones que existían desde hace siglos nunca fueron mínimamente efectivas para prevenir y tratar esa violencia, si no que más bien, tendían a fomentarla.

Entonces, ¿existe la posibilidad de que el aumento de la violencia en todas sus expresiones y entornos al que asistimos y asistiremos sea algo planificado? ¿Acaso hay algo más violento que quitarle el dinero a la clase trabajadora para dárselo a los poderosos? ¿Es el verdadero objetivo del capital generar dicha violencia para poder ejercer el control mediante el miedo?
¿Hemos vuelto de nuevo al vasallaje y la fidelidad a la nobleza?
Definitivamente, Servicios Sociales o barbarie.

Castilla-La Mancha, 17 de diciembre de 2012
Colectivo VEGA
 colectivovega@hotmail.com