La larga lucha llevada a cabo en Madrid en defensa de la sanidad pública, contra la privatización de la gestión de los hospitales y centro de salud, aún siendo conscientes de que han jugado muchos factores e intereses, la principal enseñanza que nos deja este conflicto es que una movilización organizada, transversal, plural y, sobre todo, sostenida en el tiempo puede ser muy eficaz y termina obteniendo resultados positivos.
Es precisamente ese criterio, el de la movilización sostenida en el tiempo, el que reclamamos del sindicato ante el cúmulo de agresiones que, como trabajadores y trabajadoras, estamos padeciendo.
Un breve repaso nos lleva a concluir que no hay derecho que no se haya visto afectado por los recortes y retrocesos impuestos por el Gobierno.
Los derechos sociales y las políticas de protección social han sido recortados duramente por las nuevas reformas establecidas en pensiones (factor de sostenibilidad y pérdida del IPC como referencia de revisión), o en los nuevos reajustes realizados sobre la protección por desempleo (reducción del grado y porcentaje en la cobertura de prestaciones). Igualmente, las políticas sociales recogidas en los Presupuestos Generales de este año, mantienen los reajustes efectuados en dependencia, políticas sociales etc.
Proyecto de Ley de Mutuas: El Dictamen del CES podemos entender que es un éxito porque cuestiona los elementos esenciales del anteproyecto de ley, pero no garantiza que el gobierno lo modifique. Es necesario que, además de lo recogido en el informe, seamos conscientes de la transcendencia de los temas que se configuran con el modelo de mutuas y consigamos cambiar los aspectos más negativos.
En los derechos laborales también se han producido nuevos retoques a la reforma laboral y nos anuncian seguir profundizando en la misma . La flexibilización absoluta del contrato a tiempo parcial o la congelación del Salario Mínimo Interprofesional, son pruebas de la voracidad sin límites de un gobierno que defiende a una clase empresarial sin importarle el deterioro social que pueda producir.
Nuevos retrocesos se ponen en marcha también sobre los derechos ciudadanos. Estos aparecen recogidos en un amplio abanico que va desde la reforma de las administraciones locales, con pérdida de empleo y servicios, hasta la presentación y/o aprobación de proyectos de ley como los de seguridad ciudadana, reforma del Código Penal, que tratan de contener –a base del retroceso de derechos‐ la respuesta social que las políticas del gobierno encuentran en la calle.
Ley del Aborto: Es una Ley que arrebata a la mujer el derecho a ser libre, todavía más restrictiva que la de 1985, que es una ofensa para la mujer porque la priva de sus derechos a una maternidad libre y consciente convirtiéndola en un ciudadano de segunda clase.
Las políticas públicas básicas, donde incluimos la educación (Ley Wert) o el mantenimiento de la congelación del empleo público, que provoca a diario el deterioro de servicios públicos tan importantes como la enseñanza, la sanidad, la dependencia, son también objetivo de los ajustes, recortes y reformas del gobierno.
Todo ello ocurre en un contexto con casi 6 millones de personas desempleadas, con un sistema de protección que fracasa estrepitosamente, abandonando a la pobreza absoluta a millones de trabajadores y trabajadoras y sin un horizonte cercano de solución, por mucho que nos quieran vender que ya estamos en la recuperación; con un país a la cabeza de la desigualdad y la exclusión social que sigue incrementándose (del 31,3 del año 2007, al 34% del año 2011), ampliando la distancia con la media de la UE‐15. La pobreza infantil aumenta en 267.684 personas en solo un año y uno de cada tres menores vive en España en riesgo de pobreza. El reparto de la riqueza nacional indica que hoy los pobres son más pobres y los ricos son más ricos. La crisis, afrontada desde una óptica errónea con la política de austeridad, ha profundizado la desigualdad, golpeando a los más débiles.
En estos meses no hemos dado a estas agresiones la respuesta que merecían, es urgente y necesario reaccionar desde CCOO. Hechos como los conflictos vecinales de Gamonal, o los sociales y laborales de la sanidad o limpieza de Madrid demuestran que los recortes, reajustes y reformas pueden ser “derrotados” y que las movilizaciones dan sus frutos. Es más necesario que nunca confluir e influir en nuestro espacio natural (empresa y negociación colectiva) y con la sociedad en su conjunto ante el deterioro social (riesgo pobreza, exclusión social, desahucios, pensiones, etc.), incluida la confluencia en las marchas por la Dignidad.
A pesar de que el informe al último Consejo Confederal señala la necesaria cohesión interna en órganos y estructuras más pegadas a la empresa para poder ser más fuertes, las sanciones en la Federación de Servicios a la Ciudadanía en sectores como el de Administración del Estado, o los expedientes para la expulsión de activos del sindicato que no han hecho otra cosa que defender honradamente los derechos de todos y de todas nos aleja de la afiliación. Fortalecer el sentimiento de pertenencia al sindicato no se consigue así, acallando voces. CCOO tiene su identidad en la expresión democrática de las diferencias.
Por todo ello, para el Sector Crítico, el último Consejo Confederal del 28 de enero, no ha satisfecho las expectativas que se habían creado de dar una respuesta más contundente desde CCOO ante el cúmulo de ataques que estamos sufriendo. Hemos de retomar la iniciativa y ponernos a la cabeza de la movilización social, creando en la ciudadanía la esperanza real de que la movilización sostenida, unitaria, bien organizada y confluyente con los movimientos sociales, contra las políticas del PP, puede cambiar la situación. En este contexto, CCOO tenemos una gran responsabilidad y un papel fundamental que jugar.