Este domingo nos jugamos mucho. Estas elecciones pueden llevar al gobierno a la extrema derecha, ya sin camuflaje constitucionalista. Por eso es más importante que nunca no quedarse en casa.
Pero no basta con votar, la lucha de clases no se dirime en el Parlamento, sino en la calle. Aislados somos carne de cañón, pero organizados somos imparables. En las urnas y en las calles, ¡derrotar al bloque reaccionario!