En España se ha privatizado la sangre. ‘Lo que tú donas, ellos lo venden’, es el grito de lucha. Ojo con la cuestión porque hablamos de no menos de 15 millones de euros en apenas 3 años. Ese es el dinero que la Cruz Roja se ha embolsado por venderle a la Comunidad ed Madrid la sangre que, desinteresadamente, han donado los españoles en la capital. Sí, esas bolsas que se extraen en los puntos móviles y autobuses que Cruz Roja despliega periódicamente en calles, plazas, universidades y centros de trabajo. Pues resulta que desde diciembre de 2013, la organización saca 67 euros por cada bolsa de sangre extraída.
Desde Cruz Roja se rechaza tal extremo y niegan que este ‘intercambio’ sea una privatización, sino una “colaboración”. Iñaki Aguirre, director gerente de la Unidad de Extracción de Sangre para la Donación de Cruz Roja, señala la idea original es la de evitar duplicidades entre
ellos y la Comunidad de Madrid. De esta manera los unos extraen sangre
en las calles (240.000 bolsas desde 2014), los otros en los centros
hospitalarios.
De acuerdo, se entiende que entonces Cruz Roja utiliza ese dinero de la “colaboración” para ampliar su red de autobuses y centros de extracción. De hecho en 2014 Carmen Martín, directora de Salud y Emergencias de Cruz Roja Española, ha asegurado que en ningún caso “vamos a ganar dinero”. “Nunca lo hemos hecho ni lo pretendemos, y es que es más, aunque quisiéramos no se puede por ley”.
Error. Estos se los paga la Comunidad de Madrid.
Concretamente 24 equipos Hemocue, 240.000 microcubetas, 774.000
etiquetas, 4.400.000 tubos, 774.000 bolsas con filtros para extracción,
dos furgonetas y seis unidades móviles. Cerca de ocho millones de euros en material y dotaciones.
Si esto fuera poco, el convenio sigue vigente a pesar de que Cruz Roja lo incumple sistemáticamente. Según recoge El Confidencial, en estos dos años el incumplimiento es de 31.000 bolsas.
Para 2016 el compromiso es de 120.000 bolsas. En los siete primeros
meses del año Cruz Roja había obtenido 68.164 bolsas (4,5 millones de
euros), 4.500 menos de las previstas. Pero Cruz Roja no ha sido penalizada de ninguna manera.
Es más, según figuran varias denuncias en las redes sociales, Cruz Roja
instala autobuses en las puertas de los centros hospitalarios para
recoger sangre que cobrará cuando, si la donación se hiciera dentro del
centro, nadie obtendría dinero por ella.
Así que todo parece ser un subterfugio destinado a financiar a una entidad privada. Y en esas está la Asociación de Empleados del Centro de Transfusión de Madrid (Adecetma), que antes de la firma se encargaba de las campañas externas, quien ha llevado “este convenio de privatización” a los tribunales por
ser “un acuerdo arbitrario, innecesario y gravoso para las arcas
públicas, y que se incumple todos los meses, ya que las donaciones son
siempre inferiores a lo pactado inicialmente”. De prosperar la demanda,
que en primera instancia ha sido rechazada, veríamos desfilar ante el
Tribunal al máximo responsable del acuerdo y especialista en privatizaciones sanitarias: El exconsejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, quien renunció al cargo después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid paralizara el proceso de privatización de algunos hospitales madrileños.