miércoles, 4 de octubre de 2017

A mis vecinos fachas

Esto va dirigido a toda esa gente de bien que ha engalanado sus ventanas y balcones con la rojigualda, sin que haya fútbol. Aunque algunos aprovechasteis el mundial para sacarla sin miedo y ya no quitarla, pillines.

No os engañéis a vosotros mismos, no defendéis a los españoles, porque nunca os hemos visto defender otra cosa que la patria. O eso que entendéis por "patria": toros, fútbol e Iglesia (que no religión, representáis todo lo opuesto al mensaje de los Evangelios).

Ya asomásteis la patita con lo de la familia y el aborto, los refugiados, y con lo de "ayudas sociales para los españoles". Sólo participáis de la res pública (no hace falta hablar como escribe Ussía para ser culto, idiotas) para pedir que se le quiten derechos a los demás, para ir a misa y para votar al PP (ahora ya os podéis creer plurales, ya tenéis más opciones), nunca en busca de un bien colectivo (lo de la pegatina de Cruz Roja en la solapa que se acabe ya, por dios).

Lo del "maricón de la tele" os parece gracioso, pero sois profundamente homófobos, porque una cosa es la libertad y otra el libertinaje, que esto ya parece Sodoma y Gomorra. Criticáis a las mujeres "descocadas" que visten "provocativamente" pero lo de "irse de putas" está en la base de vuestro acervo cultural. Criticáis la coacción que sufren los hombres por la ley contra la violencia de género, pero empatizáis antes con el agresor que con la víctima, soltando falacias sobre supuestas denuncias falsas que os han contando en Okdiario. 

Tenéis todo el día en la boca a las Fuerzas y Cuerpos de Serguridad del Estado, pero los agentes os importan lo mismo que los españoles, una mierda. Porque nunca se os ha visto apoyando la democratización de la Guardia Civil como pide la AUGC, ni se os oye hablar por los bares de la equiparación salarial entre los distintos cuerpos  (estos días sí, para criticar a los mossos, aunque cuando abrían cabezas en las huelgas estudiantiles no os parecían tan malos).

También tenéis todo el día en la boca el orden público y el necesario cumplimiento de la ley para garantizar el funcionamiento del Estado de Derecho, pero votáis a delincuentes una y otra vez, orgullosos de hacerlo.

Y ahora tenéis la excusa de Catalunya. Habláis de convivencia y aplaudís con entusiasmo el guerracivilismo del gobierno y la brutalidad policial. Con el discurso de Felipe alguno hasta se habrá cuadrado frente a la televisión. No queréis que Catalunya se vaya pero la estáis echando.

Os creeis librepensadores, pero únicamente tratáis torpemente de repetir el argumentario de La Razón e Intereconomía (saberse la lista de los reyes godos no es sinónimo de cultura ni de inteligencia, mentecatos). Os creéis valientes pero no sois más que siervos temerosos del amo, chivatos y esquiroles.

Individualmente no sois nada, pero como minoría ruidosa sí tenéis peligro. Sin duda entre vosotros hay buena gente, sensible y solidaria. Pero como colectivo vuestra bandera no es la rojigualda, es la mezquindad. El problema es que ante la falta de alternativa, podéis arrastrar a los más despistados y desesperados. Además sois el caldo de cultivo social perfecto para la impunidad de las bandas fascistas. Pero lo más peligroso es que sois la base electoral de la reacción y la corrupción. Tener una cosa clara, esta vez no pasaréis.