Rastreando por internet sobre Intress, entidad privada gestora del COA,
nos hemos encontrado una historia algo surrealista. Según los educadores
del Centro Residencial de Acción Educativa (CRAE) Petit Prínce de Santa
Coloma de Gramanet, Intress parece tener una curiosa teoría de cómo
trabajar la resiliencia en centros de menores. Según la RAE, resiliencia
significa: "Capacidad de adaptación de un ser
vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos".
En psicología se define capacidad que tiene una persona para superar
circunstancias traumáticas.
Esta historia comienza en octubre de 2014 cuando hay una denuncia del Defensor del Pueblo (Síndic de Greuges)
contra la entonces directora del CRAE, Elisa Trujillo, por maltrato
psicológico, discriminación, negligencia médica y malversación de
fondos, entre otros hechos. Por este motivo, la Dirección General de
Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA) aparta de su cargo
en febrero de 2015 a la directora y a su hermana, Angela Trujillo,
responsable de salud del centro. Posteriormente Intress se hace cargo de
la gestión de este centro de menores. En esta noticia se informa de las quejas sobre a las hermanas Trujillo.
La cosa se complica cuando Fiscalía decide no presentar querella contra ninguna de las dos. Según informa el Diario Ara,
el 26 de febrero de este año Intress informa a los educadores de que
Angela Trujillo volverá a trabajar en el centro. El periódico catalán
explica que el motivo de su regreso se debe a que DGAIA e Intress no se
ponen de acuerdo sobre quien debe pagar la indemnización de Angela
Trujillo.
Pero lo sorprendente no es este último desencuentro entre administración
pública y entidad gestora, sino la versión de Intress a los educadores
sobre la readmisión de Angela Trujillo. Esta noticia del Diario ARA apunta sobre el posible regreso de esta persona: "Ante
las quejas de los educadores, Intress admitió que tal vez no era lo
mejor para los menores, pero que haría crecer su resiliencia".
Esta argumentación publicada en Diario Ara nos parece suficientemente
grave para no permitir que ninguna entidad que la afirme pueda trabajar
con menores en protección. Se supone que estos niños llegan a los
centros residenciales tras situaciones vitales bastantes duras y
problemáticas por lo que necesitan un entorno acogedor, que les permita
progresar e ir ordenando su vida. Nos parece de un cinismo mayúsculo y
una miseria avariciosa justificar un ahorro de dinero (da igual de
administración que de entidad) con el hecho de que un perjuicio en la
atención del menor servirá a éste para fortalecerse. Deja bien a las
claras que el objetivo económico es lo que prima en administraciones
públicas y entidades gestoras. Los niños, de nuevo, silenciados,
olvidados.
En esta noticia los educadores del CRAE manifiestan que con la llegada de Intress a este centro: "Las condiciones no han mejorado mucho".
Pues en el COA no sólo no han mejorado sino que han empeorado
peligrosamente tanto para menores como educadores que les atienden.
Suponemos que Intress lo hará por nuestro bien, para que niños y
profesionales hagamos crecer nuestra resiliencia. Menos mal que nos le
da por aplicar la teoría de la resiliencia del Caballero Negro de los
Monthy Python.