Paky Bejarano es concejala de La Voz de Villaverde en el Ayuntamiento
de Villaverde del Río (Sevilla) y será una de las ponentes en las jornadas organizadas por la Plataforma por la Remunicipalización de Zaragoza, que tendrán lugar este sábado en el CSC Luis Buñuel.
Bejarano contará como la municipalización del servicio de dependencia
de este municipio ha supuesto estabilidad laboral para las trabajadoras
y cobrar puntualmente a final de mes, derechos que antes no tenían
asegurados y las ventajas que ha supuesto la remunicipalización de la
limpieza de edificios. En la semana previa a las jornadas, AraInfo ha podido entrevistarla.
¿En qué situación os encontrasteis los servicios públicos cuando llegasteis al gobierno municipal?
Nos encontramos unos servicios municipales muy desorganizados, sin
medios materiales para desarrollar un trabajo productivo y con un
personal escaso y sin motivación. Además varios servicios como
dependencia o la limpieza de colegios y edificios oficiales estaban
privatizados. La primera tarea que tuvimos que abordar fue precisamente
organizar y modernizar los servicios municipales bajo un plan de trabajo
centralizado. Un sistema de control de materiales, dotación de
herramientas y maquinaria y lo más importante, la apertura de bolsas de
trabajo de distintas categorías profesionales para ofrecer un reparto
del empleo democrático y con derechos y servicios de calidad al pueblo.
Llegamos a la alcaldía con la firme decisión de recuperar los servicios
públicos y nos pusimos manos a la obra.
¿Qué os llevó a tomar la decisión política de remunicipalizar diferentes servicios?
Es una cuestión de principios y de programa político. Entendemos los
servicios públicos como un derecho y una riqueza social. Privatizarlos
significa convertirlos en un negocio, donde lo que prima son los
beneficios empresariales. La privatización no es más barata ni garantiza
servicios de calidad. Y sí supone, y así lo estamos viendo en todas las
ciudades y poblaciones, mantener a los y las trabajadoras en
condiciones de explotación y sumisión, con bajos salarios, peores
condiciones laborales, sin derechos democráticos y con despido a la
carta. Además de una fuente inagotable de corruptelas y sobornos. Contra
viento y marea hemos defendido estas ideas ante el conjunto del pueblo,
enfrentándonos a los poderes locales y a los empresarios que se lucran
con estas concesiones. Nuestra experiencia de gobierno durante cuatro
años significó pasar de las ideas a los hechos, y con notables
resultados.
¿Qué servicios públicos habéis remunicipalizado en Villaverde del Rio (Sevilla)?
Todos los que estaban privatizados han pasado a control público. Los
que más afectaban a los trabajadores y usuarios son el servicio de
atención a la dependencia y la limpieza de colegios y edificios
públicos. La cuestión de la dependencia, fue todo un reto, con más de
cuarenta trabajadoras en plantilla y más de 200 usuarios. Por supuesto,
la oposición PP-PSOE y sus amigos empresarios mantenían una campaña
permanente contra la municipalización, augurando todo tipo de desastres
que llevarían a la destrucción de puestos de trabajo y a una merma en el
servicio prestado. Sin embargo, hemos sido capaces de mantener el
funcionamiento, la plantilla y el servicio, mejorando los derechos de
los trabajadores y con la misma calidad. La limpieza de edificios
públicos, una vez en manos del Ayuntamiento, ha permitido la puesta en
marcha de un plan de reparto democrático del empleo a través de bolsas
de trabajo públicas, con la participación activa de centenares de
trabajadoras que han disfrutado de contratos y salarios dignos, y que
podían intervenir en la toma de decisiones y el control de proceso de
elaboración de la bolsa a través de asambleas públicas y de comités de
trabajadoras elegidos en estas asambleas.
¿Con qué apoyos contasteis para iniciar los procesos de remunicipalización?
Sin duda, la premisa inicial es tener un programa político que
defienda estas ideas y un plan para llevarlas a cabo. Eso corresponde a
la dirección política, al gobierno municipal, que tiene que poner en
marcha de manera inmediata las disposiciones administrativas y políticas
para recuperar los servicios. Pero la experiencia demuestra que esto no
es suficiente. Primero por la resistencia de los poderes políticos y
económicos al servicio de los intereses privados, y porque la propia
administración pública, con sus leyes, con sus secretarios,
interventores, etc., está diseñada para favorecer estos mismos intereses
capitalistas. Apoyándose en las marañas y los laberintos legales llegan
a paralizar o hacer interminables los intentos de municipalización, en
muchos casos con convenios blindados firmados con los políticos amigos,
por no hablar del bloqueo político.
Nuestra experiencia demuestra que el
único apoyo fiable y la única garantía para romper la presión
empresarial y burocrática, son los trabajadores de estas empresas y el
conjunto de la población trabajadora. La municipalización se defiende y
tiene que basarse en la participación directa de la plantilla de
trabajadores, organizada en asambleas y comités de lucha con un programa
de mejoras laborales y salariales, y vinculando esta lucha y este
programa a la única forma de hacerlo realidad: la remunicipalización del
servicio. ¡Los beneficios patronales tienen que convertirse en mejoras
para toda la plantilla! Para hacer funcionar correctamente los servicios
y obras públicas no necesitamos una clase empresarial que nos explote,
nos despida y se quede con la parte del león. La intervención consciente
de los trabajadores es clave tanto para rescatar los servicios, libre
de chantajes y ataduras, como para su funcionamiento democrático, eficaz
y productivo, ¡Porque una vez recuperado hay que hacerlo funcionar
correctamente! Acabando con el despilfarro, la rutina, el favoritismo y
todas las lacras que genera la explotación laboral.
Sobre la base de estos métodos participativos, democráticos y con
derechos laborales y salariales es como se deben acometer los procesos
remunicipalizadores.
¿Cuál fue la relación con las empresas que venían gestionando estos servicios que antes estaban externalizados?
Como comprenderéis, esta política obrera de defensa del patrimonio y
la riqueza social en manos públicas, no tiene muchos amigos entre la
clase dominante y los poderes económicos locales, que consideran, con
razón, que supone una amenaza para sus intereses históricos, a saber,
beneficiarse del dinero público y manejar la “democracia municipal” a su
conveniencia. De la farsa de la democracia de las instituciones,
incluso las más cercanas al pueblo, como los Ayuntamientos, ya
hablaremos otro día. Lo cierto es que emplearon todas sus fuerzas para
sabotear e impedir que el programa político que había votado el pueblo
por mayoría absoluta se llevara a cabo. Por supuesto, las campañas del
miedo hicieron mella entre muchas de las trabajadoras de la plantilla y
sus familiares. Pero los logros y las conquistas producto de la gestión
pública del servicio de dependencia o del servicio de limpieza son el
mejor antídoto contra las campañas biliosas y catastrofistas de los
representantes del mercado y los intereses del capital.
¿Qué ventajas y beneficios ha producido la remunicipalización de estos servicios?
Pues ahí está el tema. Las trabajadoras de dependencia y de otras
empresas privatizadas se han convertido en defensoras de la gestión
pública del servicio porque han podido beneficiarse de sus ventajas. Las
promesas sobre las que había dudas inevitables, se hicieron realidad
desde el primer día, con toda una serie de mejoras laborales y
salariales que se iban incorporando a medida que las propias
trabajadoras lo discutían y decidían en asamblea, hasta el punto de
acordar el reparto de beneficios de la empresa en el primer año desde la
municipalización. Nada menos que 40.000 euros, a mil euros por cabeza
en una paga superextra. Todas las trabajadoras comprendieron que esto es
lo que se llevaba el empresario sin aportar ni arriesgar nada, y lo
innecesario de este intermediario para mantener el servicio. De igual
manera, las trabajadoras de la limpieza pasaron de contratos de 900
euros al mes a 1.300 euros, según el convenio municipal y 35 horas
semanales. Además con un sistema de reparto del empleo a través de una
bolsa, bajo el control de las propias trabajadoras, elaborada según los
métodos asamblearios y participativos que venimos explicando en toda la
entrevista.
¿Cuál es la opinión de los vecinos y vecinas de Villaverde
del Rio tras remunicipalizar la dependencia o la limpieza de edificios?
Creemos que hay un alto grado de satisfacción. Hemos recuperado estas
empresas y servicios y la población, los usuarios han visto que la
calidad de los servicios no se ha resentido. Año tras año, los equipos
directivos de los centros escolares nos han dado la enhorabuena por la
limpieza y mantenimiento de los colegios. Todo esto parte de una
dirección política con las ideas claras y un plan de lucha encima de la
mesa, pero sólo es posible gracias a un alto grado de compromiso y
dedicación que proviene fundamentalmente de que las trabajadoras valoran
muy positivamente las mejoras alcanzadas y la desaparición del ordeno y
mando empresarial, sustituido por métodos de trabajo democráticos,
participativos y asamblearios.
Los trabajadores contentos son más productivos. Quieren que esta
estabilidad laboral y estas condiciones duren para siempre y eso está
unido a hacer viable la empresa con su trabajo y su esfuerzo. Esa es la
conciencia que se va creando con estos métodos y sólo gracias a estos
métodos. No podemos sustituir las empresas privadas por empresas
públicas que funcionan con la misma jerarquía de gerentes,
administradores y burócratas, donde no faltan los privilegios, el
enchufismo y el despilfarro, que, en definitiva, desempeñan el mismo
papel que el empresario y que relega de nuevo a los trabajadores a meros
asalariados, enajenados en el individualismo y la lucha por la
supervivencia en su papel de explotados, ahora por la empresa pública.
Esta es la receta de la baja productividad que hace inviables muchas
empresas públicas.
Los trabajadores y trabajadoras del servicio de dependencia
antes no solían cobrar las nóminas a tiempo… ¿Qué ha supuesto para los
trabajadores y trabajadoras la remunicipalización de este servicio?
Efectivamente, además de las ventajas que hemos mencionado, está la
más importante, cobrar todos los meses puntualmente. La junta se
retrasaba en el pago y las trasferencias a la empresa privada y éstos,
confesando abiertamente su papel de intermediario y especulador, les
decía a las trabajadoras que no podía pagarles hasta que no recibiera el
dinero. ¡Qué cara más dura tienen los “emprendedores”! Por cierto, esta
empresa privada de Villaverde se había hecho con el mismo servicio en
varios municipios a través de su influencia en la Junta e incluso fue
galardonada con todo tipo de premios a la empresa del año. Nuestro
primer acercamiento al tema de la recuperación del servicio privatizado
fue precisamente la lucha por el pago de estos salarios. Aquí es donde
pudimos explicar a las trabajadoras, mientras se desarrollaba la lucha,
nuestro modelo de gestión pública y los avances que ello supondría. Como
se ve, la lucha por la remunicipalización, no sólo debe estar en el
orden del día cuando se llega a los gobiernos municipales y desde los
gobiernos municipales. Los conflictos laborales existen como en todas
las empresas y hay que intervenir en ellos sobre las reivindicaciones de
los trabajadores pero aprovechando para plantear el tema de la gestión
pública. Afortunadamente, durante los casi cuatro años de
municipalización del servicio, las trabajadoras cobraron puntualmente
cada mes, poniendo los recursos económicos municipales a su servicio
ante los retrasos de las transferencias de la Junta de Andalucía. Para
eso los trabajadores y las trabajadoras de Villaverde han ganado su
Ayuntamiento, para ponerlo al servicio de los intereses y la causa de la
clase obrera y la mayoría social.
Ante los argumentos de algunos sectores que vienen diciendo
que la remunicipalización es una utopía, no es real y es ilegal ¿Qué
tienes que decir?
Sí, eso nos repiten continuamente, y no solo los liberales y
conservadores, también escuchamos estas voces desde partidos, sindicatos
e intelectuales que se dicen de izquierdas… que es una utopía condenada
al fracaso, que no puede funcionar, que es ilegal ¡E incluso que
engorda! Así es como la clase dominante defiende sus intereses y sus
privilegios. Utiliza todos los medios de los que dispone, que son
muchos, para hacernos creer que no hay alternativa a su sistema de
producción y organización social.
Decía Carlos Marx que la ideología dominante en una sociedad es la
ideología de la clase dominante. Efectivamente, la idea de que tiene que
haber una clase especial de capitalistas, de empresarios, de
inversores, de emprendedores para hacer funcionar las cosas, para crear
puestos de trabajo, sin los cuáles no habría riqueza ni desarrollo, es
un pensamiento común entre la ciudadanía. Pero estas ideas no provienen
de ninguna ley natural. Son introducidas permanentemente desde las
escuelas, los medios de comunicación y la llamada “opinión pública” para
justificar la apropiación que un reducido grupo de personas hace de la
riqueza social y en última instancia, para justificar la existencia de
un sistema social basado en la propiedad privada de los medios de
producción y en la explotación laboral.
Sin embargo, esta imagen idílica
del papel social del empresariado, que tanto gusta a la burguesía y su
legión de voceros, choca con la realidad que viven los trabajadores en
sus empresas y en el mundo del trabajo asalariado, dominado por la
precariedad, los bajos salarios, las jornadas interminables, los cierres
de empresas y los despidos. Esta es la verdadera cara de las empresas
privadas en plena crisis capitalista, Hay que levantar la bandera de la
gestión pública de los servicios y obras públicas, con el concurso y
participación de los propios trabajadores, como un paso necesario para
que los trabajadores confíen en sus propias fuerzas, se desembaracen de
estas ideas burguesas y defiendan una alternativa socialista,
democrática y asamblearia. La clase obrera puede hacer funcionar la
sociedad y la lucha por la municipalización de los servicios y empresas
privatizadas es un paso en esta dirección.
La remunicipalización no es simplemente una forma de
gestionar sino una opción política ligada al modelo de ciudad que se
quiere ¿Qué opinas?
Ya hemos explicado que se trata de principios políticos, una cuestión
ideológica, de defensa de un modelo no sólo de ciudad, sino de un
sistema social alternativo a lo que nos ofrece el mercado capitalista:
desempleo, precariedad, bajos salarios, despidos, jornadas
interminables, desahucios y una corrupción inagotable. Todas estas
lacras son producto de que la enorme riqueza social creada por el
conjunto de los trabajadores y trabajadoras, que podrían dedicarse a
satisfacer las necesidades sociales y a ofrecer empleo de calidad y con
derechos, son negocios en manos de grupos empresariales y financieros
sin otro objetivo que la obtención de beneficios a cualquier coste. La
democracia formal y el estado de derecho son en realidad instrumentos de
dominación al servicio de los poderosos que influyen permanentemente en
las decisiones políticas. Como el caso del trasvase de recursos
públicos a manos privadas, que se vende como algo normal para que
funcionen las cosas cuando en realidad lo que se está haciendo es
convertir derechos y servicios en negocios particulares. Combatir este
estado de cosas requiere denunciar públicamente las privatizaciones y
actuar en consecuencia, luchando por la remunicipalización, en las
empresas y en los Ayuntamientos, y una vez bajo el control público,
demostrar que no necesitamos patrones que nos exploten para que todo
funcione dignamente y con derechos.
La externalización y privatización de servicios públicos a
manos privadas ha puesto de relieve en los últimos años las diferentes
formas de corrupción, financiación de partidos políticos… ¿Qué piensas
al respecto?
Pues que son cosas inseparables en el sistema capitalista. Todas las
leyes y medidas que aprueben en este sentido no son más que
charlatanería y maniobras de distracción para engañar a la gente. Por
cierto, promovidas por los mismos partidos políticos que están envueltos
en todo tipo de casos de corrupción. En el mercado capitalista, el
soborno y el tráfico de influencias son las relaciones habituales entre
la administración y las empresas, que esperan hacer grandes negocios con
las concesiones y el dinero público. Todo el entramado de corruptelas
es, de hecho, la grasa que acelera el funcionamiento de la maquinaria
del sistema. La corrupción se combate cortando de raíz las relaciones
sociales que la generan, luchando contra las privatizaciones, acabando
con las concesiones de obras y servicios públicos, interviniendo en las
luchas por mejoras salariales y laborales en estas y otras empresas,
aprovechando estas luchas para hacer conscientes a los trabajadores y el
conjunto de la población de que luchar contra la opresión laboral y los
recortes es luchar contra un sistema basado en la propiedad privada de
los medios de producción.