Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) fueron agrupaciones
parapoliciales que practicaron lo que se ha denominado terrorismo de
Estado o ‘guerra sucia’ contra la organización terrorista Euskadi Ta
Askatasuna (ETA) y su "entorno". Estuvieron activos entre 1983 y 1987 (aunque siguieron cometiendo atentados hasta 1989),
durante los primeros años de los gobiernos de Felipe González. Durante
el proceso judicial contra esta organización fue probado que fue
financiada por altos funcionarios del Ministerio del Interior. A los GAL se le atribuyen en torno a una treintena de asesinatos y ejecuciones. Muchas de las víctimas del GAL no tenían ningún tipo de vinculación con ETA.
De hecho, por su vinculación con los GAL fueron condenados, entre otros, los siguientes criminales: José Barrionuevo (Ministro de Interior), Rafael Vera (Secretario de Estado para la Seguridad), Ricardo García Damborenera (Secretario General del PSOE en Vizcaya), Julián Sancristóbal (Gobernador civil de Vizcaya), Miguel Planchuelo (Jefe de la Brigada de Información de Bilbao), José Amedo (subinspector de policía), Michel Domínguez (policía), Felipe Bayo (Cabo de la Guardia Civil), Enrique Dorado Villalobos (Sargento de la Guardia Civil), Enrique Rodríguez Galindo (General de la Guardia Civil), Ángel Vaquero (Capitán de la Guardia Civil), y Julen Elgorriaga (Gobernador civil de Guipúzcoa).
La denominada guerra sucia contra ETA sirvió, además, para el robo sistemático de dinero público (los famosos "fondos reservados"), que fue utilizado tanto para financiar al GAL como para el enriquecimiento ilícito de los implicados.
Uno de los momentos más vergonzosos de la historia reciente de nuestro país fue la concentración de apoyo a Vera y Barrionuevo, con Felipe González abrazándose a estos dos terroristas en la puerta de la cárcel de Guadalajara como si de presos antifranquistas se tratara (para rememorar esas bochornosas escenas, pincha aquí).
El terrorismo de estado fue utilizado como arma electoral por José María Aznar, para una vez ya en el poder, indultar a esta gentuza, de tal forma que todos andan libres por nuestra querida España (desde hace muchos años, por cierto).
Barrionuevo fue condenado a 10 años, pero tras el indulto de Aznar salió en libertad tras cumplir un año y dos meses de prisión (y en tres periodos distintos). Rafael Vera fue condenado a un total de 18 años y seis meses en tres procesos distintos; salió en libertad tras el indulto de Aznar pero otro proceso le llevó de nuevo a la cárcel. Finalmente fue excarcelado por el gobierno de Zapatero por motivos de salud, alegando que estar preso le causaba una depresión. Finalmente ha pasado sólo 11 meses en prisión (en tres periodos distintos, ninguno mayor de 4 meses). Julián Sancristóbal fue condenado a un total de 14 años en dos procesos, pasando en prisión 19 meses (en tres periodos distintos).
Julen Elgorriaga fue condenado a 75 años. Fue excarcelado, por motivos de salud, tras cumplir un año y nueve meses (en dos periodos diferentes). Julián Sancristóbal fue condenado a un total de 14 años en dos procesos,
pasando en prisión 15 meses (en tres periodos distintos).
Los policías Amedo y Domínguez finalmente fueron condenados a un total
de 118 años en varios procesos, cumpliendo finalmente 12 años, la mitad
en régimen abierto (sólo acudían a prisión a pernoctar de lunes a
jueves). En 2013 Domínguez fue detenido por narcotráfico.
El general Enrique Rodríguez Galindo fue condenado a 75 años de prisión, pero finalmente sólo cumplió 4, siendo excarcelado por problemas de salud. Felipe Bayo, condenado a 71 años, finalmente cumplió 6 años (aunque de forma interrumpida, entrando y saliendo continuamente de prisión). Dorado también fue condenado a 71 años de reclusión, pero sólo cumplió 6 años (estuvo otros dos años preso, pero como autor de un violento atraco en una tienda de Irún).