martes, 15 de noviembre de 2016

Nuevo motín y fuga colectiva en el CIE de Murcia

Esta pasada noche se produjo un nuevo motín en el CIE de Murcia, que concluyó con la fuga de entre 10 y 15 internos (desgraciadamente, la policía ya ha detenido y devuelto al CIE a uno de ellos). Y una vez más, las versiones hablan de "tres agentes heridos". Obviamente ningún encarcelado y amotinado debe haber resultado herido, o a los periodistas les ha importado una mierda. Es lo de siempre, en las manifestaciones donde carga la policía sólo resultan heridos los antidisturbios, nunca los manifestantes. Un poquito de deontología profesional, por favor (si no tienes datos, al menos dices que son datos procedentes de la versión policial, no dando por hecho que la versión policial es la verdad).

No es casualidad que en esta cárcel murciana se sucedan fugas y motines. Al hecho en sí mismo de ser encarcelado por no tener papeles, se suma el más que deplorable estado de las instalaciones, y eso que el "centro" ha estado meses cerrado por reformas. Según declara Pedro García Casas, el cura encargado de la asistencia religiosa en este centro del horror, "este centro es un infierno".


Además de los movimientos sociales y multitud de colectivos, la izquierda organizada y con presencia institucional sigue pidiendo el cierre de los CIEs (al PSOE no le consideramos parte de la izquierda por razones más que obvias, y porque además sigue con sus trampas dialécticas, planteando cerrar este CIE miestras se busca una "solución habitacional" adecuada. Qué poca vergüenza). Pero es el momento de ir más allá de las declaraciones a la prensa y las iniciativas simbólicas en los plenos municipales. Es necesario articular la lucha contra el racismo en todas sus vertientes (también el institucional), porque lo que nos avergüenza y escandaliza de Trump, ya lo hacía Obama y ya lo hacemos aquí. No podemos asumir los CIEs, las redadas racistas y el muro de la vergüenza en Melilla y luego llorar por el ascenso de Le Pen en Francia.

No se puede ser indiferente, es necesario tomar partido. Y desde el Colectivo No a O´Belen lo tenemos claro: nuestro bando es el de los amotinados y los fugados, sin peros ni matices.