martes, 6 de mayo de 2014

Retroceso histórico en el sector de la Discapacidad

El sector de la Discapacidad está sufriendo un retroceso histórico por los brutales recortes sociales. Esteban Barreto, presidente del comité de empresa por CCOO en la Residencia con Centro Ocupacional Nuestra Señora del Camino de Madrid, nos explica en esta entrevista cómo una parte importante de los delegados sindicales, afiliados y trabajadores en general se están enfrentando a los ataques y cuáles son sus demandas y propuestas para revertir esta situación.
El Militante.— ¿Cómo afecta al sector los recortes en el gasto social que aplican las distintas administraciones?
Esteban Barreto.—La Diversidad Funcional o Discapacidad debería considerarse “zona catastrófica” en nuestro país. El derrumbe del llamado Estado del bienestar está dejando en la cuneta a los más débiles. La Ley de Dependencia ha muerto antes de nacer, los dependientes ven reducida la ayuda que reciben, las administraciones deben al sector más de 300 millones de euros, a lo que hay que sumar que miles de dependientes han perdido su empleo con el inicio de la crisis.
La figura del cuidador no profesional es un recurso que la Ley de Dependencia reconoce desde 2006, y por esta puerta se está “colando” la implantación de un modelo asistencial incapaz de resolver cuestiones de carácter social y psicológico, como el de la integración, el de la autoestima, etc.
Los recortes en el gasto social están haciendo estragos, habiéndose reducido un 15% las prestaciones económicas a los familiares cuidadores. Además, se ha aplazado la entrada de nuevos usuarios/as hasta 2015. Las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad muestran un panorama tremendo: se ha dejado de atender a 2.588 grandes dependientes cada mes, de manera que, al finalizar el año 2014 habrá sólo 340.000 frente a los 433.290 atendidos en octubre de 2011.
EM.— Explícanos los aspectos más destacables del nuevo “Acuerdo Marco” para el sector que han impuesto las patronales.
EB.— El nuevo modelo de concertación, aprobado el 9 de septiembre de 2013, supone una reducción de la aportación al precio de cada plaza en más de un 15%, lo cual traerá peor calidad en el sector y la derivación de costes económicos a las familias. También trae un importante derrumbe del modelo de integración social, convirtiéndolo en otro puramente asistencial y benéfico, lo que conlleva la exclusión social de los usuarios. De igual forma, supone más sobrecarga de trabajo para los profesionales del sector por el incremento de la ratio, modificaciones sustanciales de horarios para los trabajadores, los cuales deben cubrir más demanda a igual salario, una alarmante pérdida de empleo y un agresivo proceso de reconversión en el sector
.EM.— ¿Cuál está siendo la respuesta de los sindicatos?
EB.— Nosotros hemos trabajado rompiendo con el inmovilismo y demandando la unidad de acción sindical entre los dos sindicatos más representativos del sector (FREM-CCOO y FETE-UGT) con el objetivo de organizar una respuesta firme y contundente. Gracias a la organización de los delegados sindicales, afiliados y trabajadores hemos conseguido que las direcciones sindicales se hayan visto obligadas a convocar movilizaciones. Destacan las concentraciones del 3 de diciembre de 2013 en la Puerta del Sol y del 5 de abril en la Consejería de Familias y Asuntos Sociales.
Sin embargo, seguimos luchando por cambiar radicalmente la política que tratan de imponer los dirigentes de nuestros sindicatos. Estos insisten en la idea de que somos débiles y de que, además, debemos hacer frente único con la patronal mayoritaria del sector. Nos han manifestado que “dado que estamos en un sector poco aglutinado, sin fuerza, atomizado y con bajas tablas salariales para mantener una lucha, deberíamos evitar cualquier enfrentamiento directo con las patronales, máxime cuando tenemos que ser responsables en estos momentos de recortes sociales”. Dicha idea es falsa y lleva implícito que le corresponde a la patronal y a los empresarios de lo social el papel dirigente, mientras que a no-sotros nos corresponde jugar un papel sin fuerza, el cual no llega ni a secundario, donde no debemos exceder en nuestras reivindicaciones a AEDIS y FEACEM (las patronales del sector).
Nosotros hemos reivindicado la independencia del sindicato frente las patronales. Conquistar unas buenas condiciones laborales y un buen servicio es incompatible con la dinámica de trasvases de fondos públicos mediante conciertos económicos a gerentes privados. Luchamos por desenmascarar la mentira del “sin ánimo de lucro” y porque nuestras organizaciones la denuncien de forma contundente.
EM.— ¿Cuáles son vuestras reivindicaciones y qué acciones tenéis previsto realizar?
EB.— Las necesidades tienen que cubrirse bajo un modelo de titularidad pública, gestionado públicamente y con proyectos municipalizados. Por ello, mediante un método combativo y de acción, trabajamos por seguir forjando la unidad en la lucha en la calle entre usuarios, familiares y trabajadores. Por ejemplo, vamos a seguir con las mesas populares en las plazas, donde ya hemos recogido 16.125 firmas, y acudiendo a los centros de trabajo con nuestro material para contactar con más familias, trabajadores y delegados de personal.

Todas estas tareas deben prepararnos para la convocatoria de la esperada huelga general a la que estén llamados todos los trabajadores de los servicios sociales; tenemos los mismos problemas, las mismas reivindicaciones y servicios sociales somos todos. Esta es la batalla en la que estamos invirtiendo más energía, organizar y fortalecer un movimiento desde abajo, desde la base, para obligar a las direcciones de nuestros sindicatos a que den un giro de 180 grados y emprendan de forma decidida el camino de la lucha. A la vez, también estamos preparados para, si estos dirigentes no están dispuestos, conseguir reemplazarlos por otros que expresen realmente las aspiraciones de los trabajadores del sector y estén a la altura de las circunstancias.