¡TODOS A LAS MANIFESTACIONES LOS DÍAS 19 Y 29!
¡CCOO Y UGT DEBEN CONVOCAR HUELGA GENERAL YA!
El decretazo de reforma laboral aprobado el viernes 10 por el PP y que entra en vigor el domingo 12 es un ataque brutal que dinamita derechos históricos conquistados por la clase obrera a lo largo de una lucha de décadas y tendrá consecuencias gravísimas. Todos los trabajadores sin excepción (parados o activos, jóvenes o mayores, fijos o eventuales, de la empresa privada, de la empresa pública o de la Administración ) vemos empeorar muy seriamente nuestras condiciones laborales. Escudándose en la escandalosa tasa de paro, a la derecha le ha faltado tiempo para aprovechar la coyuntura y trata de devolvernos a las relaciones laborales del siglo XIX. Como fiel lacayo de los empresarios, el PP abarata y facilita el despido, destruye la negociación colectiva, abre la puerta a la rebaja generalizada de los salarios, destina cantidades ingentes de dinero público a los empresarios y le entrega a las ETTs los servicios públicos de empleo, entre otras medidas. Esta contrarreforma no sólo no creará empleo, sino que lo destruirá, provocando un aumento del paro a niveles insoportables. Es la mayor agresión de la burguesía contra los derechos de los trabajadores de todo el período democrático, es una auténtica declaración de guerra.
Los principales recortes son los siguientes:
- Eliminación del contrato fijo de 45 días por año trabajado y un máximo de 42 mensualidades, en caso de despido improcedente, que será sustituido por el fijo barato (33 días y 24 mensualidades). Para los contratos en vigor, se mantiene la indemnización de 45 días hasta la fecha de entrada en vigor de la reforma; a partir de ella, regirán los 33 días. Como se puede comprobar, se reduce la indemnización real en casi un 50%, atendiendo a las mensualidades, además de eliminar de forma definitiva un derecho histórico de protección del trabajador frente al despido.
- Se facilita y generaliza el despido al considerar procedente (indemnización de 20 días por año y un máximo de 12 mensualidades) los despidos, tanto individuales como colectivos, por causas económicas. Se entenderá por causas económicas “cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, como la existencia de pérdidas actuales o previstas o la disminución persistente de su nivel de ingresos o ventas. En todo caso, se entenderá que es persistente si se produce durante tres trimestres consecutivos”. Es decir, aunque la empresa tenga beneficios, una mera disminución de las ventas justificará los despidos procedentes.
- Eliminación de la autorización administrativa de los EREs. Los empresarios no tendrán que justificar ante la autoridad laboral los EREs, por lo que los trabajadores sólo tendrán el control judicial. En caso de desacuerdo con el comité de empresa, prevalecerá la decisión patronal. Asimismo, los EREs se podrán aplicar al personal laboral de las administraciones públicas. La gravedad de esta medida salta a la vista y supone un golpe durísimo a la protección del trabajador frente al despido barato.
- Las empresas podrán reducir unilateralmente los salarios para mejorar la competitividad y bajarle el sueldo a los trabajadores menos productivos. Aparte de las consecuencias económicas, esta medida abre las puertas a las represalias contra aquellos trabajadores más molestos para la patronal, que de no aceptar la rebaja salarial serán despedidos con 20 días por año con un máximo de nueve mensualidades. Asimismo, podrán modificar otros aspectos, como jornada, horarios, turnos, etc.
- Eliminación del requisito del 2’5% de absentismo global en la plantilla como causa de despido objetivo, quedando solamente el absentismo del trabajador. El trabajador podrá ser despedido con 20 días “por faltas de asistencia al trabajo, aún justificadas pero intermitentes, que alcancen el 20 % de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25 % en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses”. En otras palabras, estar enfermo pasa a ser causa de despido.
- Los parados que cobren prestación serán obligados a realizar trabajo social, convirtiéndolos en mano de obra barata.
- Se establece un nuevo contrato para empresas de menos de 50 trabajadores subvencionado con entre 3.000 y 4.500 € por trabajador. El INEM pagará al empresario el 25% del salario del trabajador; los beneficios serán privados y los gastos públicos. Además, en este nuevo contrato el período de prueba aumenta de 2 meses a un año.
- Desaparición de la prórroga indefinida de los convenios colectivos, cuya vigencia queda limitada a dos años desde la fecha de su finalización. Tras esos dos años, el convenio desaparece y los trabajadores sólo estarán protegidos por el convenio de sector (si lo hay) o por la ley general. En un contexto de crisis y paro masivo, esta medida es una espada de Damocles sobre las cabezas de los trabajadores, obligándoles a aceptar un empeoramiento de las condiciones laborales a riesgo de quedarse sin convenio colectivo.
- Se facilita el descuelgue de los convenios colectivos por parte de las empresas. El empresario podrá dejar de aplicar el convenio por causas económicas.
- Prevalencia del convenio de empresa sobre cualquier otro. Muchos empresarios, con amenazas, obligarán a sus trabajadores a firmar un convenio de empresa que rebaje sustancialmente el convenio de ámbito superior en que actualmente están encuadrados.
- Entrada de las ETTs en los servicios públicos de empleo. De la forma más descarada, la derecha convierte el desempleo en un negocio para los capitalistas.
Con este decretazo, el PP ha mostrado su verdadera cara y el engaño masivo al que sometió al pueblo español en la pasada campaña electoral. La derecha quiere implantar el terror en las empresas y reducir salarios, con una brutal desprotección del trabajador. El verdadero objetivo de esta reforma es incrementar escandalosamente los beneficios empresariales. Esta reforma va a concentrar todavía más la riqueza en unos pocos bolsillos, dejar en la indefensión a los trabajadores y extender la miseria entre capas de la clase obrera. Por eso la CEOE está encantada y considera que “va en la buena dirección” y que da “importantes pasos adelante”, al igual que los partidos burgueses, como CiU.
CCOO y UGT deben reaccionar: ¡HUELGA GENERAL!
Frente a tamaña agresión, la respuesta de los dirigentes sindicales es convocar manifestaciones el domingo 19, participar en una jornada europea el 29 y... ¡llamar al PP a negociar! ¿Pero en qué mundo viven Toxo y Méndez? El PP les acaba de mear por encima pese a todas sus muestras de “responsabilidad”, ¿y todavía creen que hay margen para la negociación? Si el PP estuviese dispuesto a negociar lo habría hecho antes de aprobar la reforma. Los dirigentes sindicales confunden la realidad con sus deseos, que no son otros que seguir instalados en la placidez del diálogo social (aunque esto les lleve a firmar recortes para los trabajadores, como el de las pensiones del año pasado o el de los salarios este mismo mes).
Esta agresión no puede quedar sin respuesta, es demasiado lo que está en juego. Lo que la situación demanda no es más diálogo social, sino más lucha de clases. Hay que defender en la calle, con uñas y dientes, las conquistas sociales que tanta represión, cárcel y muerte le costaron a nuestra clase en los últimos cien años. Tenemos que poner el país patas arriba, la única posibilidad de parar esta ofensiva es una auténtica rebelión social de los trabajadores, una lucha contundente, organizada, sostenida en el tiempo y con una perspectiva de transformación social.
Las movilizaciones convocadas por los sindicatos para los días 19 y 29 son claramente insuficientes, pero por supuesto los marxistas revolucionarios las apoyamos y llamamos a todos los trabajadores a acudir masivamente a las mismas para dejar patente el rechazo a esta reforma y para que los dirigentes de CCOO y UGT no puedan seguir recurriendo al argumento de una supuesta desmovilización de los trabajadores para justificar sus claudicaciones ante la patronal. El 19 y el 29 también tenemos que salir a la calle y gritar bien alto para que los dirigentes de CCOO y UGT se enteren de una vez que deben convocar ya una HUELGA GENERAL DE 24 HORAS en unidad de acción con los demás sindicatos presentes en el Estado español, el movimiento 15-M, el Sindicato de Estudiantes y el resto de los movimientos sociales de izquierda, huelga general que debe marcar el inicio de una ofensiva de la clase obrera y la juventud, que se extienda, se mantenga y se endurezca hasta doblegar al PP. La gente está harta de sacrificios, de abusos, de precariedad, de bajos salarios, de paro... No nos cabe ninguna duda de que un llamamiento serio a la lucha por parte de CCOO y UGT sería seguido por los trabajadores masivamente. Asimismo, llamamos a todos los afiliados, delegados y secciones sindicales de CCOO y UGT a mandar resoluciones a las direcciones confederales de ambos sindicatos exigiéndoles que convoquen ya la huelga general.
Esta agresión no puede quedar sin respuesta, es demasiado lo que está en juego. Lo que la situación demanda no es más diálogo social, sino más lucha de clases. Hay que defender en la calle, con uñas y dientes, las conquistas sociales que tanta represión, cárcel y muerte le costaron a nuestra clase en los últimos cien años. Tenemos que poner el país patas arriba, la única posibilidad de parar esta ofensiva es una auténtica rebelión social de los trabajadores, una lucha contundente, organizada, sostenida en el tiempo y con una perspectiva de transformación social.
Las movilizaciones convocadas por los sindicatos para los días 19 y 29 son claramente insuficientes, pero por supuesto los marxistas revolucionarios las apoyamos y llamamos a todos los trabajadores a acudir masivamente a las mismas para dejar patente el rechazo a esta reforma y para que los dirigentes de CCOO y UGT no puedan seguir recurriendo al argumento de una supuesta desmovilización de los trabajadores para justificar sus claudicaciones ante la patronal. El 19 y el 29 también tenemos que salir a la calle y gritar bien alto para que los dirigentes de CCOO y UGT se enteren de una vez que deben convocar ya una HUELGA GENERAL DE 24 HORAS en unidad de acción con los demás sindicatos presentes en el Estado español, el movimiento 15-M, el Sindicato de Estudiantes y el resto de los movimientos sociales de izquierda, huelga general que debe marcar el inicio de una ofensiva de la clase obrera y la juventud, que se extienda, se mantenga y se endurezca hasta doblegar al PP. La gente está harta de sacrificios, de abusos, de precariedad, de bajos salarios, de paro... No nos cabe ninguna duda de que un llamamiento serio a la lucha por parte de CCOO y UGT sería seguido por los trabajadores masivamente. Asimismo, llamamos a todos los afiliados, delegados y secciones sindicales de CCOO y UGT a mandar resoluciones a las direcciones confederales de ambos sindicatos exigiéndoles que convoquen ya la huelga general.
Más allá de su contenido concreto, esta reforma también demuestra dos cosas:
1) El sindicalismo de pactos y consensos no sirve para defender los intereses de los trabajadores. Si queremos defenderlos, debemos recuperar nuestros sindicatos como herramientas de lucha contra la burguesía. Hoy es más necesario que nunca que los trabajadores, delegados de empresa y sindicalistas con conciencia de clase demos la pelea en el seno de CCOO y UGT para impulsar un auténtico sindicalismo combativo, de clase y democrático, creando una fuerte corriente de izquierdas en su seno. Esta es la tarea que los trabajadores y sindicalistas de El Militante venimos desarrollando y a la que llamamos a todos los compañeros a sumarse. 2) El capitalismo es una amenaza para la humanidad. En pleno siglo XXI, con un desarrollo de la tecnología, de los conocimientos y de los medios de producción sin precedentes en la historia de la humanidad, los capitalistas nos quieren hacer retroceder a las condiciones sociales y laborales del siglo XIX incluso en Europa, porque, lamentablemente, en otras zonas del mundo siguen como entonces. Su ansia de beneficios es tal, que hasta especulan en Bolsa con apuestas sobre la muerte de seres humanos. Todo lo que está pasando tiene culpables: los grandes monopolios,