Por fin vemos algo parecido "al cambio", al menos en cuanto al sistema de protección de menores. Han analizado la realidad y la ponen sobre la mesa: malos tratos, instalaciones indignas, descontrol, comida de la basura, etc. Y están poniendo soluciones, que incluyen aumento de las inspecciones, aumento de plantillas, cambio de instalaciones y revertir privatizaciones. ¡Claro que se puede! Aunque tienen que ir más allá, defender a las víctimas y hacer que los culpables paguen por ello.
CASTIGOS FÍSICOS Y COMIDA DE LA BASURA PARA LOS MENORES TUTELADOS
Muchos de los hijos de la Administración o, lo que es lo mismo, de
los niños y adolescentes cuyos padres o tutores legales son los
organismos de la Generalitat Valenciana estaban desamparados. Como en
los orfanatos de las novelas de Charles Dickens, los pequeños recibían castigos corporales -como duchas frías en pleno mes de enero-, comida en malas condiciones y escasa y habitaban en camastros hacinados e insalubres.
Pasaban frío y las inversiones públicas eran destinadas por los
gestores de los centros a las zonas nobles -donde permanecían los
cuidadores- mientras que las instalaciones para los niños estaban en una
situación tercermundista.
Emplazamientos infernales que, tras ser visitados por la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, han sido cerrados (Monteolivete) o el Consell ha decidido cancelar su gestión ('La Resurrección' de Segorbe, 'Penyeta Roja' de Castellón y 'El Carmen' en Valencia).
Los menores estaban en una situación tan dramática que lo primero que ha hecho Mónica Oltra
ha sido iniciar su traslado a otros centros y no descarta, si la
Justicia no toma cartas en el asunto, «denunciar la situación ante la
Fiscalía de Menores».
Las infraestructuras donde vivían los niños
estaban muy deterioradas como describió la vicepresidenta al mostrar
fotografías del interior del centro de Monteolivete. En algunos centros,
como el de Segorbe, los menores pasaban tanto frío que debían ponerse los abrigos
para cuando acudían a los comedores, según se cuenta en el libro donde
los niños relataban las incidencias diarias. «No hemos podido encontrar
el libro de anotaciones de las niñas porque, según la dirección del
centro, no estaba», según la vicepresidenta, quien alertó de que suponía
«una evidencia de que se quería ocultar algo».
En cuanto a los indicios de maltrato que ha detectado la Conselleria
de Igualdad, Oltra leyó pasajes del diario del centro de Segorbe, donde
se exponía que cuando uno de los menores estaba nervioso y no podía
dormirse, como en una ocasión el pasado 16 de enero, «se le daba una ducha con agua fría».
De
igual modo se relata que se enviaba a los internos a recoger comida que
desechaban los supermercados por estar en mal estado. «Se trataba de
frutas y verduras que luego se repartían a los menores en las comidas»,
según la vicepresidenta, quien relató los comentarios que aparecían
textualmente en el libro de anotaciones.
«No se puede concebir que se dé comida de desecho a los niños, cuando la Administración está pagando una cuota por cada residente,
incluso por todos los menores aunque el centro no esté lleno», destacó
Oltra y recordó que durante los últimos años se ha producido una total
falta de interés y «falta de control» por estos niños que demostró en
exigua inspección. Entre 2012 y junio de 2015, «sólo constan seis
informes de inspección, mientras que sólo en los dos últimos años hemos
realizado 16, prácticamente con la misma plantilla de profesionales»,
confirmó.
Tras el informe de la Dirección General de la Inspección de Trabajo y
Seguridad Social y las repetidas denuncias de los trabajadores, «se ha
decidido trasladar a los jóvenes que vivían en el centro de Monteolivete
a los centros de la Pobla de Vallbona, Burjassot, a dos pisos públicos
que se abren en Valencia y al centro de Bunyol, que cuando acaba el actual contrato será revertido a lo público».
Ante
esta información, los trabajadores del centro de Bunyol, en concreto
representantes del sindicato CSIF, pidieron a Igualdad que subsane fallos en el centro antes de llevar a los niños desde Monteolivete.
Para
remediar estas deficiencias de atención, la Conselleria de Igualdad y
Políticas Inclusivas ha diseñado un nuevo modelo de atención en centros
de acogimiento infantil que contempla un refuerzo de los equipos de
atención en un 61%, y una reducción en el número de niños en cada
centro, con el objetivo de dar una atención más especializada e
individualizada, a la vez que se logran unas instalaciones que se
asemejen lo más posible a un hogar. Oltra confirmó que la implantación
del nuevo modelo implicará una inversión de 40,7 millones de euros, lo que implica un incremento del 26,8%, que permitirá, entre otras cuestiones, la contratación de 410 nuevos profesionales.
Otro
de los objetivos del nuevo modelo es fomentar la emancipación y la vida
independiente, para lo que se va a poner en marcha una experiencia
piloto de cuatro pisos públicos de emancipación para jóvenes de entre 16
y 23 años.