Según datos expuestos durante la jornada, el 16,4% de los lactantes reciben psicotropos antes de los 9 meses de edad, los cuales son prescritos por el médico de familia o el pediatra en el 80% de los casos. «Algo similar ocurre entre los 4 meses de edad y los 6 años, que reciben psicofármacos el 15,7%, en su mayoría son prescritos por el médico de familia, el pediatra o incluso son proporcionados por los propios padres», advierte el doctor Pedreira, que también aborda el caso de los trastornos del sueño en la infancia (padecido por el 28% de toda la patología psicosomática en esta edad). «En el 85% de estos casos se prescriben psicofármacos de entrada, y eso que hay que tener en cuenta que toda demanda de sedantes o somníferos para un niño o niña debe ser considerada como un verdadero factor de riesgo para el conjunto del proceso evolutivo», denuncia el doctor Pedreira.
La prescripción debe hacerla el especialista
Así, el riesgo de prescripciones inadecuadas es alto. Los expertos coinciden en que, ante la extensión de la administración de estos medicamentos, es necesario un análisis en profundidad sobre en qué casos hay que utilizar estos fármacos y sus consecuencias. Más cuando la posibilidad de prescribir un psicofármaco ante un síntoma o grupo sintomático presente en un niño depende de la especialidad del médico: ante un mismo síntoma los médicos de familia y pediatras prescriben psicofármacos en un 25-30% de los casos, frente al 18-25% de los psiquiatras generales y el 10-12% de los psiquiatras infantiles.