Aunque cueste creerlo, los frailes siguen muy presentes en los servicios sociales del estado español. Los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, tradicionalmente dedicada a la asistencia a discapacitados físicos y psíquicos, hace ya un tiempo que ha empezado a meter el hocico en el negocio de la protección de menores, a través de los centros terapéuticos.
Terribles imágenes en blanco y negro vienen a la mente al mezclar hábitos y sotanas con niñas y niños desamparados. Aunque esas terribles imágenes a día de hoy estén coloreadas por los laicos y “democráticos” servicios sociales, que dan bendición y subvención a los curas.
En una de esas noticias publicitarias a que acostumbran los medios de comunicación del sistema, ABC nos presenta la supuesta gran labor que realizan estos religiosos en Canarias, con niños a los que suponen que nadie quiere y que les deriva la Dirección del Menor y la Familia del Gobierno de Canarias, y aprovecha la ocasión para pedir limosna, ya que estos próceres de la caridad quieren abrir nuevos recursos sociales.
Pero esta gente, que lleva la reacción en sus venas, no ha sido capaz de ocultar el desprecio que sienten por los chavales ni al intentar promocionarse públicamente en la prensa. A lo largo de eso que llaman noticia, personajes como el psicólogo Francisco Figueroa o el Hermano Fermín intentan convencernos de lo necesarios que son sus servicios, para lo que vejan y criminalizan sin dudarlo a los muchachos que en teoría protegen. Se refieren a los niños como “enfermos psicóticos y predelincuentes, que pueden convertirse en un auténtico peligro para su propia familia y para los menores de otros centros”, ya que son "extremadamente agresivos y violentos"·. Pero afirman que, gracias al trabajo de los hermanos, “algunos de estos niños podrán llegar a reinsertarse en la sociedad”. Porque ellos son muy buenos, y la institución religiosa se dedica a desinstitucionalizar a los menores creando un entorno familiar y hogareño, no existiendo la sensación de centro Hace falta tener muy poca vergüenza para decir que un centro terapéutico es un hogar porque a los educadores se les llame por su nombre.
Sin embargo tanto a los hermanos como a la periodista que firma la noticia se les olvidan algunas cosas. Por ejemplo, contarnos cuánto dinero reciben al mes por niño, o mencionar las denuncias que pesan sobre la Hermandad (ver diario Público). Empleados del centro para discapacitados que la congregación tiene en Dos Hermanas (Sevilla) han sido denunciados por la Fiscalía a instancia de la Consejería de Igualdad de Andalucía, acusados de trato degradante, maltrato de obra, coacciones y delito contra la administración de justicia. Y otros dos religiosos, esta vez de la Casa de San Francisco de Asís en Córdoba, están imputados por abusos sexuales y malos tratos a discapacitados.
Con estos antecedentes (y los antecedentes generales de abusos sufridos por menores en instituciones religiosas) es intolerable que se siga concertando con entidades religiosas la protección de menores y demás servicios relacionados con familia e infancia. Pero así sigue ocurriendo, tanto directa como indirectamente. Porque incluso detrás de supuestas ongs laicas, están los largos tentáculos de la Santa Madre Iglesia (por ejemplo la Fundación O´Belen, con Monseñor Ureña entre sus fundadores y vinculaciones con Legionarios de Cristo y Opus Dei entre sus patronos y directivos).
Una vez más, nos reafirmamos en nuestro planteamiento: la única manera de garantizar la adecuada atención a la que todos tenemos derecho es mediante unos servicios sociales públicos, democráticos y de calidad.