Mañana, martes, 15 de abril, un nuevo avión de deportación se llevará a decenas de inmigrantes con destino Mali. Ya se han producido traslados a Madrid –el avión despegará de Barajas–, al menos desde el CIE de Zapadores en Valencia.
En este Centro de Internamiento de Extranjeros, a las 8 de la mañana del lunes 14 de abril, entraron los cuerpos policiales, esposaron a once inmigrantes malienses y se los llevaron. Nadie les había comunicado su deportación.
Cansadas de las deportaciones, de los operativos policiales por sorpresa y de las diversas prácticas que las “quiebran psicológicamente” dentro del CIE, el resto de personas internas –97 hombres y mujeres– se han reunido en asamblea y han decidido escribir una instancia al director de Zapadores e iniciar una huelga de hambre. Al primer intento, la carta fue hecha pedazos por los policías de la garita. Posteriormente, un grupo grande de personas internas acompañó la entrega por segunda vez, y esta vez sí fue llevada ante el director, que no ha dado respuesta.
La asamblea de personas internas en Zapadores denuncia sobre todo que se les deporta sin previo aviso o con escasa antelación. De ese modo, la policía evita que se presenten, y sobre todo que prosperen, las medidas judiciales cautelares que pueden detener las deportaciones. Afirman que “los policías tienen las leyes en sus manos en el CIE, y el juez no existe”.
Por otra parte, las condiciones de vida en el CIE son, en sí mismas, degradantes. En el caso de los hombres, no se les permite salir al servicio durante la noche, por lo que tienen que hacer sus necesidades en bolsas de basura y botellas de plástico, y soportar los olores durante horas. Denuncian además que los policías actúan para fomentar los conflictos, azuzando las peleas y encerrando en la misma estancia a todo el mundo cuando hay reyertas.
Uno de los internos relata, por otro lado, que varios compañeros suyos han sido deportados solos, aprovechando vuelos comerciales. Cuenta que les llevan a la parte trasera del avión “atados de pies y manos, con un bozal en la boca y con camisa de fuerza”. Desde la Campaña por el Cierre de los CIE estamos tratando de contactar con alguna de estas personas, expulsadas en solitario, para confirmar estas salvajes prácticas en las deportaciones, que por otra parte no serían ninguna novedad. La historia de las deportaciones en la Unión Europea deja un rastro de muertes debidas a los operativos policiales de reducción de las personas expulsadas.
El vuelo programado para el 15 de abril se suma a otro realizado el 7 de marzo, también con destino Bamako pero con una escala previa en Lagos para llevar deportados nigerianos. En aquel vuelo –según SOS Racismo Madrid– fueron deportados dos menores malienses.
Estas deportaciones a Mali –planificadas por el Ministerio del Interior en aviones fletados por Air Europa– tienen como víctimas, en parte, a inmigrantes que han saltado las alambradas de Ceuta y Melilla y que, tras ser trasladados a la Península, son expulsados. Otras personas han sido atrapadas en redadas en las calles.
Estas deportaciones a Mali –planificadas por el Ministerio del Interior en aviones fletados por Air Europa– tienen como víctimas, en parte, a inmigrantes que han saltado las alambradas de Ceuta y Melilla y que, tras ser trasladados a la Península, son expulsados. Otras personas han sido atrapadas en redadas en las calles.
Si la perversa maquinaria de los vuelos de deportación deja un reguero de pruebas de maltratos policiales, humillaciones y violencia, en este caso además el Estado español deporta inmigrantes a un país en el que la guerra ha producido recientemente cientos de miles de personas refugiadas, tanto internas como hacia otros países.
Desde la Campaña por el Cierre de los CIE hacemos un nuevo llamamiento al fin de las deportaciones y a la intensificación de la campaña de boicot a Air Europa y el Grupo Globalia, empresas que facturan decenas de millones de euros por estos vuelos.
Campaña estatal por el cierre de los CIE