Y si ya hemos salido de la crisis…, sugieren los autores del Informe Sobre el Estado Social de la Nación 2015, presentado esta semana e impulsado de nuevo por la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. Y si ya hemos salido de la crisis: por qué no cuadran los números, se preguntan. Por qué no salen las cuentas. Quizás –aventuran– porque la crisis no se evaporará como si nunca hubiera estado, sino que viene transformándose ella misma en "un nuevo modelo de sociedad" (desalentador) sobre el que este trabajo trata de advertir.
"Si eso fuera así", dicen, "muchas de las justificaciones que se están utilizando para mantener las medidas de austeridad, la inequidad y la sobreexplotación dejarían de sostenerse". "…Quizás interese seguir hablando de crisis para mantener la idea de que todo lo que nos ocurre es consecuencia de un cataclismo económico", y no de otra clase de movimientos.
El documento, de casi cien páginas y elaborado por media docena de expertos, trata de ser una respuesta y un desafío al gubernamental Informe sobre el Estado de la Nación; una puesta en claro de la situación real en que se encuentran las familias españolas respecto a deudas, salarios, acceso a los servicios sociales, estados anímicos… Cuestiones con las que la subida del PIB o el "crecimiento" del que tanto se habla parecen no tener demasiada relación.
Frente a “los acontecimientos consuetudinarios que acontecen en la rúa”, que diría Antonio Machado, la AEDGSS prefiere hablar de “lo que pasa en la calle”,apuntando como primer ejemplo al asunto de las tarjetas negras de Bankia y concluyendo con algunas predicciones que nada tienen que ver, tampoco, con las declaraciones del FMI.
Éstas son algunas de las claves:
–Sociedad desregularizada. "Era una evidencia", sostienen los autores, "que, con el argumento de salir de la crisis, y bajo el común denominador de las ‘imprescindibles políticas de austeridad’, se estaban construyendo las estructuras de una sociedad desregularizada en que las minorías más enriquecidas tienen las manos cada vez más libres para dominar al conjunto de la sociedad y para imponer sus intereses; lo que algunos consideran ‘libertad’. Incremento de la competitividad, modernizar, racionalizar, reformas… son algunos de los eufemismos que utilizan para justificar esas decisiones".
– Hogares sin trabajo. "Si no se cambian radicalmente las políticas actuales, se mantendrá en el futuro un porcentaje muy elevado de hogares con todos sus miembros activos en paro" (al comenzar 2015 había en España 1.766.300 hogares en esta situación, casi 1 cada 10 con algún miembro activo). "Esta será una de las principales causas de los elevados niveles de pobreza y desigualdad, y constituirá una de las características más preocupantes del nuevo modelo". (Además: "En uno de cada seis hogares con todos sus miembros activos en paro hay problemas de enfermedad o trastorno mental; en uno de cada cuatro, de alcohol, drogas o juego; y en más de uno de cada cinco se dan malos tratos”.)
–Depresiones y suicidios. El "elevado incremento de las depresiones en España, que algunos estudios cifran en un 19,4% entre los años 2006 a 2010", sostienen, está "directamente relacionado con el extraordinario incremento de los suicidios, que alcanza un 21,7% entre 2011 y 2013", acusado de manera alarmante entre jóvenes e incluso niños ("de 10 a 24 años"), y alcanzando "un 59,4% más en 2013 que dos años antes, también entre las personas de 45 a 64 años (+39,2%)".
–Carestía diluida y compartida. "Las personas que caen en la extrema pobreza" lo hacen también por carecer de entorno familiar, que amortigua y consuela. Pero la escasez compartida "empobrece al conjunto de los miembros". Más adelante se consigna: " El hogar, como unidad de análisis estadístico, no representa suficientemente el concepto de familia con el que pretendemos identificarlo. Sabemos que la falta de ingresos de algunos hijos emancipados, que tienen su propio hogar, afecta y muy directamente a sus familiares. Ésa es la explicación" al contraste entre "los estremecedores datos sobre desempleo y pobreza" y "lo que se ve en la realidad". "Los datos dicen que más de uno de cada cuatro jóvenes tendrían que estar pasando grandes penurias"; no lo hacen "gracias a su entorno familiar".
– Desplome de los ingresos. "Los ingresos medios de los hogares españoles se redujeron en 2013 un 10,9% en relación con el año 2009 (30.045 euros en 2009; 26.775 en 2013): un dato paralelo al de la caída del consumo en los hogares (10,2%) en ese mismo tramo. El sueldo mensual del 30% de los trabajadores españoles estaría por debajo del Salario Mínimo Interprofesional. Más de la mitad de los asalariados españoles (algo más de 8 millones de personas) no alcanzaron los 1.000 euros al mes en sus nóminas durante 2013.
–Un 24% más de millonarios. "No a todos les va tan mal", apuntan los autores: "El número de millonarios que hay en España creció un 24% entre mediados de 2013 y junio de 2014, hasta alcanzar las 465.000 personas, según el Informe de Riqueza Mundial que ha publicado Credit Suisse". Aseguran que debido a que la mejora económica "se ha centrado en la Bolsa y en los mercados financieros". Al mismo tiempo, "al comenzar 2015, en 731.000 hogares españoles no entraba ningún ingreso (…) El 16,9% de los hogares tiene muchas dificultades para llegar a final de mes". (…) "Cuatro de cada diez hogares no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos". (…) "Casi 3 millones de desempleados no perciben ninguna prestación ni subsidio, el 53,4% de los desempleados".
–Hambre. "Un estudio realizado en 2013 afirma que la insolvencia alimentaria puede afectar en España a 1,9 millones de personas. Y que el 7% de los ciudadanos –el 12% en el caso de los parados– afirma conocer a algún adulto en su entorno familiar, o él mismo, que ha dejado de tomar alguna de las tres comidas diarias por falta de dinero. Mucho más grave es cuando se refiere a menores de edad: un 3% de los españoles –el 5% en el caso de los parados– dice conocer en su entorno familiar a algún niño/a o menor de edad que por falta de ingresos ha dejado de tomar alguna de las tres comidas diarias en el último mes".
–"Fiscalidad débil y regresiva". "El gran problema de la fiscalidad en España son las facilidades que tienen las grandes empresas y fortunas para pagar menos que lo que tienen nominalmente establecido, gracias a un entramado de desgravaciones y exenciones. Así, la carga fiscal cae sobre las clases medias y bajas a través del IRPF y de los impuestos al consumo. Además, la falta de recursos para luchar contra el fraude fiscal hace que éste sea tan elevado en España y que los defraudadores lo tengan tan fácil".
–Reducción de la inversión en servicios sociales. "La inversión en servicios sociales por parte de las Administraciones Públicas ha pasado de 18.053 millones de euros en 2010 a 15.243 millones en 2013 (-15,8%)”. “Esta reducción”, asegura el informe, “no es consecuencia de un empobrecimiento de la sociedad, sino de una menor capacidad o interés de las Administraciones. Así lo pone de manifiesto que el porcentaje del PIB que se dedica a servicios sociales se haya reducido en 0,22 puntos entre 2010 y 2013. Son “970 millones de euros de recorte acumulado en servicios sociales en sólo 3 años”.
–Sufrimiento. El informe llama la atención sobre nuevos escenarios en los tejidos más íntimos de la sociedad que de manera silenciosa pero imparable se convierten en problemas muy serios a tener en cuenta. Se trata del sufrimiento más o menos soterrado, derivado de los problemas económicos, que sienten muchas personas. Por ejemplo los niños: “Denuncias continuas por cuestiones de relaciones entre los cónyuges, niños que empeoran los rendimientos escolares por las situaciones de ruptura… Nuestra sociedad no ha previsto suficientes mecanismos de acompañamiento” para estas situaciones, afirman: “Se ha pensado más en las cuestiones legales que en la necesidad de disponer servicios de mediación relacional”. también señalan la frustración de muchos jóvenes “que viven con sus familias por falta de medios para independizarse, y para los que esta situación se hace insostenible; necesitan un proyecto de vida independiente que no pueden hacer por carecer de ingresos”; lo cual da lugar a depresiones, ansiedad, miedo sin solución. En cuanto a los desempleados mayores de 50 años,“sus perspectivas no son las más favorables, ya que tras muchos años de cotización ven cómo la cuantía de su futura pensión de jubilación va menguando al ritmo de sus reducidas cotizaciones por la prestación por desempleo, o por su falta de cotización a la Seguridad Social en sus años previos a la jubilación, los que determinarán la base de su futura pensión”.