La asociación Infancia Libre trabaja con madres cuyos hijos han denunciado a sus padres por abusos sexuales, como Susana y Julia, cuyo testimonio publicó eldiario.es este jueves.
La presidenta de la asociación, María, (prefiere no dar
su apellido), apunta que tanto en equipos psicosociales como en
numerosos juzgados existe un prejuicio de género que considera que las
mujeres que denuncian a sus exparejas por abusos sexuales lo hacen
porque están resentidas.
“El sistema encargado de
proteger a los menores sigue creyendo que hay manipulación de los niños
por parte de sus madres a la hora de declarar sobre ese maltrato”,
señala.
Pregunta: ¿Qué denuncia su asociación?
María: Nosotras lo que denunciamos es que los menores que protegemos
han verbalizado cómo sus padres abusan de ellos sexualmente, cómo los
maltratan y cómo el sistema que está para protegerles no les protege. Lo
que hace es culpabilizar a las madres de invención por resentimiento o
por celos y se olvida que esos menores han verbalizado que les han
agredido y que se les está obligando a tener contacto con sus agresores.
Ustedes señalan que hay incluso partes de lesiones en algunos casos que prueban ese maltrato
Tenemos casos en los que hay partes de lesiones, partes psiquiátricos,
médicos y pediátricos en los
que aconsejan que no tengan contacto con
sus agresores. Sin embargo judicialmente, y dentro del sistema judicial
equipos psicosociales, consideran que la madre es una despechada, que
está resentida y es una instrumentalizadora. Esto es sistemático, no es
un caso aislado, es un sistema, se produce en todos los casos donde los
niños verbalizan que han sufrido abusos o malos tratos. Siempre acaba
siendo la madre instrumentalizadora y los niños desprotegidos.
¿Cómo afecta a esto a los niños y a las madres?
Imagínate meter a una mujer violada y meterla en una habitación con su violador. De la misma manera. Es brutal.
Hay madres que deciden incumplir la sentencia y finalmente tienen que asumir multas o castigos
No solo multas, es un triple castigo. Es insólito. En nuestro país no
se castiga a ningún delincuente tres veces, pero a las madres que
deciden incumplir para proteger a sus hijos -porque la ley contempla que
tienen que protegerlos- no solo se les obliga a entregar a los niños.
Se les amenaza con la retirada de la guarda y custodia, se les imputa un
delito y además las multas.
¿Qué tipo de supervisión o medidas son necesarias para evitar este tipo de casos?
Creer a los menores. Ya hay suficientes estudios que avalan lo que
estamos diciendo. El Consejo General del Poder Judicial en 2009 organizó
un grupo de trabajo que hizo informes sobre el síndrome de alienación parental
(SAP). Aunque ya no se aplica el SAP directamente, lo que sí se hace es
usar cualquier otro eufemismo. En este estudio de trabajo que duró un
año ya explicaban las consecuencias tan peligrosas para estos menores de
obligarles a estar con sus agresores.
En primer
lugar, hay que escuchar a los niños y creerles, no pueden inventar cosas
que no han vivido. Un menor no tiene por qué saber determinadas
actuaciones sexuales que los adultos sí conocemos. No se les cree, no se
les escucha y no se les protege. Eso es lo primero que hay que hacer:
escuchar, entender lo que está explicando, creerle y protegerle.
¿Qué llamamiento hacen?
Que se conozca algo que parece que ha sido tabú durante muchos años,
parece que a la sociedad no le gusta que existan abusos sexuales,
intentamos girar la cara y no verlos, pero esto es real, que existe y
hay muchos niños afectados. Sin embargo se prefiere creer que hay madres
despechadas antes de abordar un problema grave: la existencia de muchos
menores víctimas de abusos sexuales por sus padres.
Las secuelas son muy graves y es necesario que se sepa y que se les
pueda proteger desde el minuto cero. Que la sociedad entienda que cuando
esos niños hacen tipo de verbalizaciones, las secuelas que se les
quedan son mucho mayores. Este es el llamamiento al sector judicial,
social, a médicos y pediatras, a todas las personas que intervienen en
su protección.
Contacto de la Asociación Infancia Libre
Teléfono: 953 59 73 50 / 630 67 57 27
email: asociacioninfancialibre@gmail.com