Un año y ocho meses, para él es poco si lo compara con otros chavales que pasan toda su infancia y juventud en centros de menores. En su pecho lleva tatuada una fecha, la fecha en que le dieron la libertad, ¿Cuan importante habrá sido ese día para que se lo llegue a tatuar? me pregunto yo.
Ahora, que es adulto, ve con lucidez el pasado. Nos explica, muchísimo mejor que cualquier educador social, que cualquier académico... lo que significa un centro de menores. Que empezando por el lenguaje no es centro, sino cárcel, no son menores (término jurídico) sino niños, niñas, adolescentes... personas.
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