Lo había advertido Mónica Oltra la
semana pasada. El centro se cerraría este verano, pero no lo anunciaría
para proteger la intimidad de los niños. Este martes a mediodía han
quedado definitivamente cerradas las instalaciones del centro de
recepción de menores de Monteolivete, en la ciudad de Valencia, y han
sido trasladados los niños que allí vivían a dos pisos de titularidad
pública y al centro de acogida de Buñol.
Era una
herencia del abandono experimentado en la época del PP que el
departamento de Oltra, vicepresidenta de la Generalitat y consellera de
Igualdad y Políticas Inclusivas, intentó paliar con una inversión
inicial en mantenimiento de 100.000 euros en 2016, al tiempo que
procedía a reducir la duración de la estancia y trasladar a muchos de
los menores a otros centros.
Aunque su capacidad era de 56 plazas, en ese centro
llegaron a convivir 120 menores que, debido a su situación de desamparo,
estaban bajo la tutela de la Generalitat Valenciana. En el momento en
que el gobierno del Pacto del Botánico asumió sus funciones había unos
80 acogidos, que se han ido reduciendo hasta que quedaban menos de 50 en
el momento del cierre.
Se trataba de unas dependencias en las que las
humedades, las grietas, las ventanas rotas y los colchones deteriorados
denotaban la masificación y las deficiencias generales que la propia
Fiscalía ya detectó en 2008. Desde esa fecha, durante el periodo de
gobierno del PP, no se llevaron a cabo inspecciones de un centro cuyas
condiciones fueron calificadas hace unos meses de "infames" en los medios de comunicación por la directora que se hizo cargo del mismo en agosto de 2016, Yolanda Calero.
Una investigación de la fiscalía sobre un caso de prostitución
de algunos menores acogidos que se habría producido fuera del centro
desató la polémica hace dos meses con duras críticas de la oposición a
Oltra. Una polémica que se acrecentó con la decisión de la
vicepresidenta de cerrar el centro La Resurrección de Segorbe
gestionado por una orden religiosa. En este segundo caso, la
Generalitat detectó deficiencias en el trato y llevó a la fiscalía un
supuesto acoso por parte de un monitor a una de las menores que las
religiosas no habían comunicado ni denunciado pese a que despidieron al
implicado.
En aquel momento ya anunció Oltra que
estaba tomada la decisión de cerrar el centro de recepción de
Monteolivete a raíz de los informes que en enero habían realizado la
Fiscalía y la dirección general de Inspección de Trabajo y Seguridad
Social y también debido a la consideración de que el entorno no hacía
recomendable que un centro destinado a acoger a niños y niñas
adolescentes estuviera en esa ubicación.
La idea de Oltra, no solo en relación con los menores
sino también en otros ámbitos de la política de bienestar social, como
ha explicado reiteradamente en las Corts Valencianes, es la
desinstitucionalización, fomentando los centros de día, la atención a
domicilio y los pisos de acogida para permitir, siempre que sea posible,
que las personas asistidas, sean menores, mayores o discapacitados,
puedan mantener el contacto con su entorno cotidiano en lugar de quedar
ingresadas permanemente.
En ese contexto, la
Generalitat ha abierto dos pisos de acogida de menores, los primeros
desde los años ochenta, con una capacidad de 6 y 4 plazas, para que el
ambiente se asemeje al de un hogar, y ha invertido 250.00 euros en las
obras de reforma del centro de Buñol para adaptarlo. Este centro, aunque
de titularidad pública, estaba gestionado por una empresa privada y ha
sido revertido a la gestión pública al concluir el contrato.
Buñol funcionará como centro de recepción -de donde los menores
tutelados pasan a otros centros o a vivir con familias de acogida- hasta
que esté en funcionamiento el de Llíria, cuya apertura está prevista en
2019.
El edificio de Monteolivete que ha funcionado
como centro de menores, ahora cerrado, será remodelado cuando se decida
su uso futuro, que seguirá dentro del ámbito de la política social.