Cada vez más ONGs realizan campañas masivas de publicidad y captación de socios, con equipos de captadores a pie de calle e incluso vía telefónica. Es fácil encontrarse a estos equipos portando chalecos o camisetas identificativas de Cruz Roja, Intermón Oxfam, Plan España, etc. Lo que nadie suele decirnos es que los componentes de estos equipos no son miembros de la entidad a la que representan (ni siquiera suelen ser socios de las mismas). Son promotores comerciales subcontratados en unas condiciones de extrema precariedad (en ocasiones sin sueldo, recibiendo por pago únicamente las comisiones estipuladas por cada venta/captación de nuevo socio). Empresas como Task Force S.A. "suministran" trabajadores a entidades que dicen defender derechos humanos y sociales, luchar contra la pobreza o atender a los más necesitados (generalmente niños, que dan más pena y el gancho funciona mejor), pero que intentan captar fondos (al margen de los que ya reciben de las distintas administraciones, todas las actividades de la mayoría de las osigés están subvencionadas) y respaldo social utilizando para ello mano de obra barata y sin derechos de ninguna clase. Pinchando aquí podemos leer el testimonio de una de estas trabajadoras. Un ejemplo más del despropósito organizado en torno al circo oenegero, donde la desvergüenza, la hipocresía y el afán de lucro campan a sus anchas.
Una verdadera ONG (sin vinculaciones con ningún gobierno ni financiación de ningún tipo por parte de ningún estado, que es lo que significa organización no gubernamental) debe predicar con el ejemplo. Como es el caso de Amnistía Internacional, que también cuenta con equipos de captadores de socios en calle pero que son contratados directamente por la entidad, sin empresas intermediarias parásitas, y con unas condiciones salariales decentes en una situación como la actual (sueldo bruto de 14.500 euros anuales por una jornada laboral de 25 horas semanales de lunes a viernes).