La Federación Francisco Giner de
los Ríos considera una total falta de sentido común la idea de realizar una
prueba de evaluación externa al alumnado de Educación Infantil para, según la
Consejería, “comprobar los aprendizajes de los alumnos de cinco años
en los aspectos relacionados con la lectura, la escritura, la numeración
y el cálculo”, y que consistirá en la realización de “un pequeño
ejercicio que se dividirá en dos partes: una oral, para comprobar los
aprendizajes de lectura y compresión lectora, y otra escrita, que
incluirá actividades de lectura, escritura, numeración y cálculo”,
lo que supone ignorar los objetivos generales y los contenidos educativos de
esta etapa, que según la vigente LOE, (incluso con la derogada LOCE), son: “iniciarse
en las habilidades lógico-matemáticas, en la lectoescritura y en el
movimiento, el gesto y el ritmo”, por lo que el alumnado de Educación
Infantil de 5 años no tiene por qué tener adquiridas las competencias de las
que se pretende evaluarlos.
Queremos, además, recordar a la
Consejera que es una etapa no obligatoria en la que las familias pueden optar
por no escolarizar a sus hijos o hijas, debiendo hacerlo en 1º de Primaria.
¿Qué sucederá con aquellos que no hagan la prueba por no estar escolarizados?
Nada, evidentemente. Entonces ¿para que queremos esta prueba?
La FAPA solicita que la
Consejería renuncie a semejante intención, ya que supone el desconocimiento de
los fundamentos pedagógicos de la enseñanza y el desprecio a la verdadera
Educación Infantil al creer que ésta debe ser simplemente un adelanto de la
Educación Primaria, algo desaconsejado por todos los expertos educativos. La
intención de la Consejería de Educación sólo puede comprenderse desde dospuntos
de vista. El primero, que sigue caminando en el desmantelamiento de la Educación
Infantil pública tal y como se ha conocido en nuestra Comunidad, la cual era
referencia nacional e internacional hasta hace unos pocos años, y que servía de
ejemplo para la puesta en marcha y/o la mejora de la misma en otros
territorios. El segundo, que algunas entidades privadas recibirán más fondos
públicos para gastárselos en inútiles pruebas externas de evaluación. Inútiles,
al menos, para conseguir una mejora de la educación madrileña, como la propia
Consejera de Educación ha reconocido a puerta cerrada en una reunión de la
Conferencia de Educación. Ideología y negocio caminan de la mano, como en todo
lo que hace.