Le dirijo la presente desde la desesperación de una madre rota por el dolor y por la incertidumbre que nos generan, a mí y a toda mi familia, los hechos que a continuación le expongo.
Soy la madre de Emanuel Gómez Patiño, quien con 15 años de edad, se encontraba internado desde el mes de agosto pasado en el Centro de Menores Albaidel, en Albacete, cumpliendo una medida de internamiento de seis meses impuesta por el Juzgado de Menores de Ciudad Real.
Encontrándose mi hijo en esas circunstancias, el pasado 11 de septiembre de 2013, recibimos llamada telefónica de la Comisaría de Policía de Puertollano por la que se nos comunicaba que mi hijo había aparecido ahorcado en su habitación de dicho centro de menores, sin que nada pudiera hacerse por su vida. A mi hijo lo enterramos el pasado día 13 de septiembre.
Pues bien, han pasado ya más de dos meses y medio desde la muerte de mi hijo y todavía no sabemos la concreta razón de la misma. No sabemos si mi hijo se suicidó -eso es lo que nos dicen- o si alguien acabó con su vida, porque en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Albacete en el que se sigue procedimiento judicial por la muerte de mi hijo, ni consta informe de la autopsia, ni consta acta de levantamiento de cadáver, ni consta un atestado policial, ni consta declaración de ningún responsable del centro, ni tan siquiera de los vigilantes de seguridad y técnico que, al parecer, descubrieron la situación.
Esta incertidumbre, el desconocer la verdadera causa de la muerte de mi hijo nos está destrozando a toda la familia. No damos crédito a lo que se nos dice de que mi hijo se suicidara, cuando una hora y media antes de su muerte estuve hablando por teléfono con él con absoluta normalidad.
La familia tenemos la sensación de que a nadie interesa esclarecer lo ocurrido con nuestro hijo, ninguna noticia del hecho apareció en ningún medio de comunicación (salvo una pequeña nota en un periódico digital de Ciudad Real) no alcanzando a comprender cómo un suceso como el descrito, ocurrido a un menor en un centro de menores dependiente de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, no ha trascendido a ningún medio de comunicación de Albacete.
Y esa sensación de que a nadie interesa esclarecer lo ocurrido con nuestro hijo se acrecienta cuando nos enteramos de que en el año 2009 el Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha ya inició una investigación del centro Albaidel por haberse ejercido violencia sobre los menores, o cuando en el "Informe anual 2011 del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura" elaborado por el Defensor del Pueblo, no el de nuestra comunidad -ya desaparecido- sino la institución dirigida por Dª Soledad Becerril, se denunciaban múltiples deficiencias existentes en el Centro de Menores Albaidel.
Acudo en definitiva a usted y a su medio de comunicación porque no encuentro mejor vía para denunciar mi situación y la de mi familia, y porque no entendemos cómo las circunstancias de la trágica muerte de la niña de Santiago de Compostela pueden estar tan aclaradas, y en el caso de nuestro hijo no tengamos la más mínima noticia distinta de lo dicho, que apareció ahorcado en la habitación de la institución pública que estaba obligada a velar por su vida y por su integridad física.
Muchísimas gracias. Esperanza Patiño (carta aparecida en el diario La Comarca de Puertollano)