Cuando hace años iniciamos la lucha contra la Fundación O´Belen, lo hicimos en defensa de la dignidad de los menores y en defensa de nuestra propia dignidad como profesionales y como personas. Pero no teníamos muchas esperanzas, siendo conscientes de que nos enfrentábamos a un poderoso entramado enraizado en el PP y en el PSOE, apoyado por la burocracia de CCOO de Castilla La Mancha, y que además contaba con la bendición de la Iglesia.
Sin embargo, poco a poco fuimos descubriendo que no estábamos solos en esta lucha, ni mucho menos. Numerosos colectivos sociales llevaban ya años luchando en defensa de los derechos de los chavales, y desde el principio contamos con el apoyo de la Izquierda Revolucionaria y del Sindicato de Estudiantes. Mención aparte merecen los distintos colectivos e individualidades que, desde el ámbito libertario y antirrepresivo, han sido un factor fundamental en la extensión social de la lucha en defensa de los derechos de los menores y sus familias. Y no podemos olvidarnos de los protagonistas principales de esta lucha: los propios menores que, con sus valientes testimonios rompieron el silencio que durante años amparó las tropelías del sistema de protección de menores y de justicia juvenil.
Durante estos años también hemos conocido el precio a pagar por no mirar para otro lado. Hemos sufrido la represión en forma de despidos, difamaciones y acoso judicial. Nada que no diéramos por asumido de antemano, y que lejos de amedrentarnos, nos ha dado coraje para seguir. Así hemos vivido esta lucha:
Predicar en el desierto
Mientras hacíamos lo que podíamos desde dentro, en nuestros puestos de trabajo en O´Belen como educadores, intentábamos sacar al exterior la realidad que estábamos viviendo en los centros. No era fácil, porque incluso entre nuestra gente más cercana costaba creer lo que relatábamos. Llamamos a todas las puertas que se nos ocurrieron, pero nadie parecía tomarnos demasiado en serio. Otras "gestiones" tuvieron más éxito a largo plazo, como contactar con Amnistía Internacional o interponer una denuncia ante el Defensor del Pueblo.
Sin embargo, fue así como conocimos la gran labor social y de lucha que llevan a cabo colectivos como los vinculados a la Coordinadora de Barrios y la parroquia San Carlos Borromeo (Entrevías), la gente de Saltando Charcos (Gamonal) o las compañeras de Colla Xicalla (Valencia). Además, creemos que esta labor sirvió para que posteriormente, cuando la calle comenzó a hacerse eco de la problemática existente en los centros de menores, diversas organizaciones participaran en la lucha contra O´Belen de una u otra forma (UGT, CGT, CNT, STE-CL, IU).
El conflicto en la calle
A la hora de sacar el conflicto a la calle, ha jugado un papel fundamental el movimiento libertario y antirrepresivo articulado en torno a los centros sociales. Un claro ejemplo es el de la Asamblea Contra los Centros de Menores Cerrados, clave en los avances logrados. Por otro lado, los medios contrainformativos también han jugado un papel destacado, sirviendo como altavoz.
A través de la difusión (organizando actos públicos, charlas, reparto de panfletos, pintadas, etc), la movilización (concentraciones y manifestaciones) y la acción directa, se va consiguiendo romper poco a poco el silencio informativo y la opacidad de los centros, de tal forma que a día de hoy, la credibilidad de los sistemas de protección y reforma de menores estén en entredicho.
Muertes en los centros de O´Belen
A principios de 2009, la lucha por los derechos de los menores vive un fuerte espaldarazo tras la publicación del informe Centros de protección de menores con trastornos de conducta y en situación de dificultad social por la Oficina del Defensor del Pueblo de España. La sociedad en su conjunto descubre que algo grave está pasando en nuestro sistema de protección de menores. En dicho informe, los centros gestionados por O´Belen son los peor parados. Poco después Amnistía Internacional publica su informe Si vuelvo, me mato donde vuelve a ratificarse que en los centros terapéuticos se maltrata a los y las menores.
Al poco tiempo de publicarse dicho informe, se produce la muerte de un niño en Picón del Jarama. Trágica situación que recrudece el conflicto. Se suceden las concentraciones frente a diversas instituciones y manifestaciones frente a Picón en Paracuellos del Jarama. Poco después, tras la muerte de una niña internada en Casa Joven (Azuqueca de Henares), Casa Joven y Nuestra Señora de la Paz (Cuenca) son clausurados por la Junta de Castilla La Mancha, ante la presión social. Su presidente, Emilio Pinto Rodríguez, se vio obligado a dimitir.
Fruto de la movilización y la acción directa contra esta fundación en todo el estado, se consigue que O´Belen abandone sus campañas publicitarias. Ya no pueden publicitarse con la campaña Me dejas jugar!, e incluso suspenden sus tradicionales "congresos internacionales". A su vez, tras la dura campaña contra Ibercaja, esta entidad bancaria y numerosas empresas abandonan el patronato de O´Belen. Además, ven cómo pierden nuevas licitaciones e incluso el Ayuntamiento de Murcia revierte la cesión de unos terrenos a O´Belen para construir un nuevo centro terapéutico. Cada vez estaban más acorralados.
Lavado de imagen
O´Belen se tambalea, y para salvar las naves se sacrifica a Emilio Pinto, a quien sucede en la presidencia el psiquiatra Javier San Sebastián, intentando así jugar la baza de la credibilidad científica. Intentan nuevas expansiones, y a pesar del retroceso general en todo el estado, la llegada de Cospedal al gobierno de Castilla La Mancha da oxígeno a la fundación. Intentan reabrir Casa Joven como Unidad de Media Estancia de internamiento psiquiátrico infanto-juvenil, e incluso se plantean introducirse en el mercado de la asistencia geriátrica (aunque al parecer estos negocietes no terminan de cuajar). Por otro lado, aumentan los contratos con la administración de Aspira, la empresa "solidaria" de servicios que se beneficia entre otras cosas de la privatización de los servicios de jardinería de la Diputación de Guadalajara. Durante este periodo, y aunque las movilizaciones remiten, la lucha continúa, con la difusión de información y el traslado de la lucha a planos más institucionales. Las jornadas, actos y demás acciones de sensibilización han proseguido, facilitando la creación de tejido social en torno a los menores y sus necesidades.
Situación actual
La Fundación O´Belen sigue contra las cuerdas. Durante estos más de diez años de lucha, hemos visto cómo O´Belen ha perdido la gestión de todos los recursos de integración social (centros de inserción, formación y orientación sociolaboral, pisos de apoyo a la autonomía) que gestionaban en Castilla La Mancha, Canarias y Valencia. También se han visto obligados a suspender proyectos "propios", como la Consultoría Familiar o el Proyecto Esperi. Y lo más importante, han perdido la gestión de los siguientes centros de menores: Abantos (reforma), La Jarosa (terapéutico) y Picón del Jarama (terapéutico) en Madrid; Ábaco (reforma), Casa Joven (terapéutico), Nuestra Señora de la Paz (terapéutico y reforma) y El Cigarral (terapéutico y reforma) en Castilla La Mancha; Montefiz (reforma) en Galiza; Naga (protección), Ágora (terapéutico), Cango (terapéutico) y Las Doramas (terapéutico) en Canarias; Els Estels (protección), Baix Maestrat (terapéutico) y Baix Vinalopó (terapéutico) en Pais Valenciá; Irisasi (terapéutico) y Uralde (terapéutico) en Euskadi.
Fruto de la pérdida de dinero público que ha supuesto a O´Belen, la fundación se declaró en concurso de acreedores a finales de 2013. Y no parecen recuperarse: en abril de este año Aspira, su famosa empresa solidaria, también entró en concurso de acreedores, y parece haber desaparecido. Incluso Javier San Sebastían ha salido de la presidencia, que ahora ejerce Carlos Moreno, el eterno gerente.
Según la propia web de O´Belen, a día de hoy sólo gestionan dos centros de protección en Guadalajara (Lázaro y Las Nubes), un centro terapéutico en Cantabria (Valle del Cayón), un centro de reforma en Burgos (La Senda), el sistema de acogimiento familiar en Murcia y el servicio de atención a la familia y la infancia del ayuntamiento de Alcoi. No pararemos hasta que esta empresa por fin desaparezca
completamente de los servicios sociales, y sus responsables paguen por
todo el sufrimiento causado.
Pero no sólamente O´Belen se ha visto afectada. Todo el sistema de protección de menores y de justicia juvenil está cuestionado. De hecho, la nueva Ley de Protección a la Infancia recoge importantes avances en la lucha por los derechos de los menores (por ejemplo, se regulan por primera vez los centros terapéuticos). Aunque no dejan de ser parches. Es necesario reformar completamente el sistema de protección y justicia juvenil, así como el conjunto de los servicios sociales. Y el primer paso, es acabar con la privatización. Trabajaremos para que el cambio sociopolítico que se está produciendo también llegue a los servicios sociales, luchando por unos servicios sociales públicos, democráticos y de calidad.