Andrés Bódalo inició anoche una huelga de hambre como protesta por la
persecución que ha venido sufriendo estos meses. Bódalo que ha tenido
que ser ingresado en dos ocasiones en un hospital por sus problemas de
corazón tuvo que compartir celda con un preso condenado por homicidio.
Aparte de esta circunstancia que conllevaba una convivencia difícil,
ha sido vejado y amenazado por parte de un funcionario de prisiones que
llegó a decirle delante de sus hijos: “Aquí lo vas a pasar mal”.
Ese mismo funcionario de prisiones ante uno de los múltiples
problemas de convivencia de la celda dio parte contra Andrés por una
supuesta falta de respeto siendo condenado a estar quince días en una
celda de aislamiento y a mantener tres meses en rehabilitación, lo que
supondrá que en enero no podría obtener el tercer grado.
Andrés Bódalo ha mantenido, a pesar de ser inocente y haber sido
encarcelado injustamente, un comportamiento ejemplar. Sin embargo, ha
sido objeto de acoso, vejaciones, amenazas y persecución. Llama la
atención que esta sanción llegue ahora justo para evitar que en enero
pudiera obtener el tercer grado.
No se trata ya de un inocente que está sufriendo cárcel injustamente
sino de una persona que está recibiendo un trato indebido que cualquier
ser humano denunciaría. Sin embargo, Andrés ha estado callado,
soportando todas las provocaciones sin entrar al trapo, hasta que se han
tenido que inventar una supuesta falta de respeto para condenarle
doblemente y evitar el posible beneficio del tercer grado.
Es por ello que se ha visto obligado a iniciar una huelga de hambre
ante la situación que está sufriendo. Sin embargo, este sindicato quiere
recordar que Andrés no está en condiciones óptimas de salud. Al
contrario, tiene graves problemas cardíacos que una huelga de hambre
puede agravar. Hacemos responsables del posible agravamiento del estado
de salud de Andrés Bódalo a los responsables penintenciarios.
Es por ello que este 9 de noviembre sindicalistas de todo el Estado
nos vamos a concentrar en la puerta de la cárcel para exigir de nuevo su
libertad.