No es novedad que el clero
defienda a su único y verdadero dios el Dinero. Salvo honrosísimas excepciones
en ciertas parroquias de barrio, la Iglesia siempre ha defendido a la clase
dominante. Lógico por otra parte, ya que la Iglesia es uno de los principales
propietarios. Sólo en el estado español se calcula que posee unos 100.000
inmuebles. Cerca del 80% del patrimonio histórico-artístico es de su propiedad.
Como ejemplo de la magnitud de su patrimonio inmobiliario, basta mencionar que
el 70% del suelo habitable de Toledo está en sus manos, y lo mismo puede
decirse de Ávila, Burgos o Santiago de Compostela (un tercio de los edificios
de Roma son suyos, y así en numerosas ciudades). El tesoro en oro acumulado por
la curia romana es posiblemente el mayor del mundo. A su vez, la Iglesia posee
numerosas empresas de servicios (incluyendo fundaciones y ongs) y medios de
comunicación, y es accionista de empresas como Inditex, Endesa, Banco Popular,
Telefónica, General Motors, IBM, Disney, etc. No pone reparos morales en sus
negocios, ya que también invierte en armas (por ejemplo en Beretta, uno de los
mayores fabricantes mundiales de armamento ligero) y en la industria
farmacéutica (como en Pfizer, que entre otros comercializa productos
anticonceptivos cuyo uso condenan hipócritamente). Y como no podía ser de otra
manera en el país de la “modélica transición democrática”, la Iglesia católica
recibe de las distintas administraciones públicas españolas hasta once mil
millones de euros anuales, según denuncia Europa Laica.
Y con el sangrante drama de los
desahucios, no iban a romper la norma. Tras guardar un vergonzante silencio
durante años, estos defensores de la familia por fin han graznado en defensa de
los banqueros, ante la oleada de suicidios que está denunciando la Plataforma
de Afectados por la Hipoteca. Sin ruborizarse, el obispo de Segovia, Ángel
Rubio, defiende que los suicidios no están relacionados con los desahucios, llegando a afirmar que los suicidios se deben
a la “crisis de valores y de familia que atraviesa el país”. Y como solución,
según este pájaro, “la postura de la Iglesia es que se haga caridad para
atender a esas personas que están necesitadas”. Porque aunque ellos mismos se
lo han buscado por vivir por encima de sus posibilidades, habrá que ser
cristianos con ellos, ¿verdad monseñor? Aunque reconozcamos que esta postura de
los cuervos es normal, se están acogiendo al derecho de todo acusado a mentir
en su defensa, ya que numerosas familias están siendo desahuciadas de viviendas
propiedad de la Iglesia.
Cuesta más entender la postura de
la Sociedad Española de Psiquiatría. Según
estos estudiosos de la psique humana “es un error hablar de causa-efecto
entre desahucios y suicidios” (El Mundo,
07/03/13). Y además se permiten el lujo de mandarnos callar, pidiendo
silencio porque “estas noticias (los suicidios) no deben tener una recompensa,
no deben ser dañinas, para no caer en el alarmismo y en la inducción a otros
suicidios por mimetismo”. A este paso además de proetarra, Ada Colau va a ser
la responsable de los suicidios. ¡Cuánta desfachatez! O cuanta prostitución,
que en esto de hacer ciencia también el que paga manda.
Y al igual que los de la sotana,
estos de la bata blanca también proponen la solución: “transmitir esperanza,
hay tratamiento, pueden acudir a un profesional de la salud mental”. Contra los
desahucios, prozac ¿Y si sufro unas condiciones laborales agobiantes, con
ritmos inhumanos, la solución serán los ansiolíticos? No seremos nosotros
quienes neguemos la necesidad de recibir ayuda profesional ante determinadas
circunstancias, algo que la privatización de la sanidad y los recortes sí niega
a la mayoría (todavía no hemos escuchado lo que tienen que decir los
representantes de Dios en la Tierra sobre esta cuestión). Pero tratar de
individualizar un problema social es una trampa. Estos prestigiosos psiquiatras
argumentan que en la gran mayoría de los suicidios preexiste algún trastorno
psiquiátrico. Pero convenientemente olvidan mencionar que la literatura científica
seria cita como un importante factor de riesgo ante conductas suicidas, junto a
trastornos psiquiátricos y afectivos, la situación laboral y económica y las
situaciones de exclusión social. De hecho, el riesgo de suicidio es hasta cinco
veces mayor entre los trabajadores desempleados. También olvidan explicar que
los factores psicosociales son fundamentales tanto en la génesis como en la
evolución de los trastornos psiquiátricos, incluso en aquellos más claramente
orgánicos como la esquizofrenia.
Para unos, los que se suicidan
son seres faltos de moralidad. Para otros, están locos. Para nosotros, son
víctimas de un sistema que condena a millones de trabajadores a la miseria, la
exclusión y la desesperación. Por eso estamos con la Plataforma de Afectados
con la Hipoteca. Porque son ellos y no tertulianos y diputados los que proponen
alternativas y han llevado a la calle y al Parlamento el debate sobre los
desahucios. Porque son ellos y no jueces y fiscales los que denuncian a los
culpables. Porque son ellos y no la Conferencia Episcopal los que están junto a
los que sufren. Porque son ellos y no la Sociedad Española de Psiquiatría los
que generan esperanza con su lucha y rompen los círculos de la exclusión
mediante el apoyo mutuo (la forma más eficaz de prevenir los suicidios). Porque
sí se puede. ¡STOP DESAHUCIOS!
La PAH ha convocado una concentración el jueves 18 de abril a partir de las 14 horas frente al Congreso para protestar por la ley aprobada por el PP y que deja de lado la dación en pago, la paralización de los desahucios y el alquiler social, reivindicaciones que sí contenía la ILP. ¡Allí nos vemos!