Hace unos días nos llegó el comunicado emitido por el vocalista de la banda Punk Panther, sobre los motivos de la repentina disolución del grupo. Los motivos no fueron otros que las "agresiones machistas perpetuadas por los miembros varones que en el
momento del lanzamiento del disco “Al Acecho” formaban oficialmente
parte del grupo y que ahora se encuentran en la banda musical La
Zurda". Puedes leer el comunicado completo aquí. Todo nuestro apoyo a la víctima y al compañero que ha decidido no mirar para otro lado.
A día de hoy los distintos sectores de las izquierdas (políticos, sindicales, sociales, culturales...) se encuentran en una situación delicada respecto al
posicionamiento en cuanto al feminismo. Es bien sabido por todas que vivimos en
una sociedad machista, los valores transmitidos, los roles, las creencias de género,
etc. se reproducen en todas sus formas, y en todos los contextos y dan lugar a
situaciones peculiares y peligrosas. De repente, y sin haber tenido noticias
hasta entonces de la lucha feminista, todas las organizaciones, asociaciones, sindicatos,
grupos de música, okupas, etc. han abrazado al feminismo como si les fuera
propio. Parece que está feo no reconocerse feminista en estos círculos. Las
feministas no nos quejamos, pero sí nos resultan gravemente preocupantes las
posiciones y la utilización que se está haciendo de esta lucha.
Tenemos compañeros que
efectivamente están deconstruyendo su masculinidad y revisando sus lugares de
privilegio por el simple hecho de ser hombres, están leyendo y escuchando, e
intentando (como muchas de nosotras) entender teóricamente el feminismo para
posteriormente llevarlo a la práctica diaria, estos no son el problema. Sabemos
que no es tarea fácil. Este perfil de compañero es el que entendemos aliado en
la lucha feminista, en la de clase, en la anticolonial, antifascista, etc.
El
problema es la actitud de un importante grupo de compañeros que han tenido,
tienen y tendrán actitudes machistas porque se mantienen constantemente en
lugares de privilegio, discutiendo y dando lecciones a las compañeras de cómo
debemos pegarnos la vida, la nuestra, la de las mujeres. Como si necesitáramos
tutela. Intentando seguir siendo “el príncipe azul” que nos va a salvar de
todos los males, incluso del machismo que él mismo provoca. Tratando a las
compañeras con condescendencia cuando hablas de violencia en las asambleas, y haciendo mofa con respecto a nuestras denuncias en las organizaciones
políticas de izquierdas.
Acosan, cosifican, desvalorizan, humillan, no respetan
y sobre todo invisibilizan las situaciones y actitudes machistas. También
aparece el “compañero” que alza el puño y la bandera morada pero luego llega a
su casa y maltrata a su pareja, hija, madre o hermana. Estos sí son un
problema, y desde luego serán un fracaso de las organizaciones que sigan
llamándose anticapitalistas y feministas.
Será un fracaso si se permite que
entre su militancia crezca y se reproduzca el terrorismo machista en cualquiera
de su formas. Tenemos un reto importante las que de verdad queremos dar la
batalla en estos contextos, ya que la reacción de sectores importantes de la
izquierda está siendo tremenda. Se desvaloriza el movimiento poniendo en tela
de juicio todas nuestras acciones y boicoteando la lucha real. Recordamos que
el feminismo es una ideología política que lucha contra todas las formas de
opresión, todas.
Es necesario identificar a estos
“compañeros” cuanto antes y que sean expulsados con urgencia de nuestras
organizaciones. Es necesario que se asuma el feminismo desde el conocimiento
profundo de las múltiples opresiones que provoca, y no como un intento
oportunista de ganar puntos como organización política o social. Se os va a ver
el machismo enseguida y va a ser un absoluto ridículo. También es necesario que
se faciliten los espacios de protección de las mujeres, sobre todo a las que ya
han sufrido violencia. Sin juzgar.
Es un reto importante para la
sociedad, pero las organizaciones políticas y sociales de izquierdas deben
tomar la delantera y posicionarse claramente en contra del machismo, pero con
actitudes, con formación, con toma de decisiones rápidas con respecto a las
denuncias de las compañeras que se ven agredidas en estos espacios, con lucha en la calle al lado del movimiento
feminista, reivindicando los derechos y libertades de las mujeres identificando
primero los lugares de privilegio personales,
bajando a los grandes “líderes” y "gurús" de sus pedestales y permitiendo a las
compañeras acceder a todas las tareas y responsabilidades de las organizaciones, y sobre todo con
un nivel de conciencia suficiente como para entender que sí, vosotros sois la
parte opresora…..por muy rojos que os hayáis visto hasta ahora.
Y sin esta identificación como parte
importante del problema, no va a haber conciencia jamás y por tanto la lucha
feminista va a ser un claro postureo. Es imposible identificarse con el lugar de
la izquierda y tener comportamientos machistas. No son compañeros no nos
hagamos líos, y desde luego no les queremos cerca.