Finalmente se ha impuesto el sentido común, y Susana Guerrero ha sido absuelta. Nuestra más sincera enhorabuena a Susana y a su hija, ejemplos de entereza, coraje y lucha. Su victoria es de todas las mujeres, un paso más en la lucha contra el tristemente célebre Síndrome de Alienación Parental.
Pero esto no puede quedar así. Entendemos que si Susana ha sido absuelta de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito (en relación a los abusos sexuales sufridos por su hija a manos de su padre), es porque el delito, al menos presuntamente, ha existido. Que no quede impune.