En
agosto de 1936 Berlín albergó los XI Juego Olímpicos de verano,
(Olimpiada Parda) así es como la denominó Mundo Obrero. Hitler contó con
una de las mejores plataformas para proyectar una imagen del nazismo
más suave y respetuosa con los ciudadanos de todas las razas. Él quería
demostrar con estas olimpiadas la supremacía de la raza aria, pero no le
salió muy bien ya que, varios atletas de raza negra, principalmente
Jesse Owens consiguió un gran número de medallas entre ellas oro en 100
mts. 200 mts. Y 4x100 mts.
En una
ocasión Hitler saltándose el protocolo bajó a saludar al segundo y
tercer clasificado (raza blanca), y negó la mano al primer clasificado,
que era Jesse Owens. A pesar de que Alemania quedó primera en el
medallero la teoría de la supremacía de la raza aria quedaba en muy mal
lugar, los atletas negros fueron los muy laureados.
Pero
estos no fueron los únicos juegos que iban a tener lugar en ese verano
de 1936, como protesta a los juegos de Berlín, la ciudad de Barcelona
proyectó la denominada Olimpiada Popular, también conocidos como Juegos
Obreros. La organización de dichos juegos corría a cargo de la
Internacional Deportiva Obrero Socialista que, manteniendo el espíritu
olímpico del Barón de Coubertin, consiguió que cerca de 6000 atletas
obreros de 23 países se inscribieron en estos juegos. Las delegaciones
más numerosas fueron las de: Francia, EE.U, Suiza, Inglaterra, Países
Bajos, Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Noruega, Suecia y Argelia. En
especial la delegación francesa con 1500 , país dirigido por el Frente
Popular que presidía el judío André Léon Blum, prestó gran apoyo tanto
económico como humano para que se llevaran a cabo estos juegos en
Barcelona.
16 eran
las modalidades deportivas que iban a tener lugar entre ellas
destacamos: fútbol, tenis, baloncesto, boxeo, atletismo, lucha, pelota
vasca y ajedrez.
Estos
juegos eran subvencionados con fondos públicos y en él contribuyó:
Gobierno francés (600.000 francos), Gobierno español (400.000 pesetas) y
Generalitat (100.000 pesetas), era una cantidad mínima, pero con ella
se hizo el esfuerzo necesario para preparar las infraestructuras
necesarias y poder albergar a unos 25.000 visitantes que, era el número
estimado según las previsiones.
El
Comité Organizador de la Olimpiada Popular (C.O.O.P), había planificado
el inicio de la competición para el día 22 de julio y su clausura el día
26. El estadio de Montjuic era el elegido para su celebración. A pesar
de tener la fecha de inicio para el 22, ya desde el 18 de julio habría
actos en toda la ciudad como parte de festejos previos a la competición.
Las delegaciones hicieron un desfile por las calles de Barcelona. En el
Estadio Olímpico tenía lugar el último ensayo, antes de la inauguración
prevista para la tarde del día siguiente o sea el 19-07-1936 una
inauguración con bailes, danzas y música típica catalana. Entre otros
sonaría "Juny" y “Els Segadors". Pero estas Olimpiadas Populares no
llegarían nunca a celebrarse.
El día
19 de julio al amanecer se sublevó parte de la guarnición militar en
Catalunya, así como lo había hecho un día antes en gran parte del
territorio peninsular. El funesto general Mola era el encargado de
dirigir el golpe de estado en tierras catalanas, con el fin de acabar
con el Gobierno de la Generalitat. Por lo que a escasas 8 horas de su
inauguración y con todos los deportistas preparados en los alrededores
de Monjutic se tuvo que detener el evento.
La
mayoría de los deportistas eran afiliados a sindicatos y partidos
políticos, principalmente el Partido Comunista. Por ello no les fue muy
difícil cambiar las botas de deporte por los rifles y cañones.Gran parte
de los deportistas acabaron afiliándose a las denominadas Brigadas
Internacionales. En un principio estuvieron defendiendo Barcelona hasta
que, acabada y rendida la sublevación militar en tierras catalanas,
destinaron su voluntad hacía Albacete, sede de reclutamiento de las B.I.
con André Martí al frente de ellos y desde allí fueron enviados al
frente de Madrid (Guadarrama, Ciudad Universitaria y posteriormente
Jarama y Guadalajara).
Todos estos deportistas se merecen un reconocimiento por parte, primero del mundo del deporte y luego de toda la sociedad, esa misma sociedad a la que defendieron del fascismo en España.