El SAT representa la segunda juventud del SOC, a sus 40 años de vida
Artículo de Francisco Ruíz, secretario nacional de campañas del SAT
El 1 de agosto de 1976 se celebró la asamblea fundacional del SOC. Se
formalizaba así el “sindicato de los jornaleros” que se había fraguado
años antes mediante las Comisiones de Jornaleros en distintos pueblos de
la geografía andaluza. Fue el primer sindicato en legalizarse en
Andalucía, y su actividad desde la transición ha sido siempre
determinante en los movimientos políticos y sociales de la izquierda
andaluza.
Su nacimiento fue impulsado por el Partido de los Trabajadores de
Andalucía (PTA) aunque en su seno encontramos cuatro patas ideológicas:
El comunismo, especialmente el maoísmo entendido desde una visión
andaluza; El socialismo cristiano, fundamentado en la teología de la
liberación (con fuerte vinculación a América Latina); el anarquismo
vinculado al medio rural; y el soberanismo andaluz, que engloba
numerosas vertientes: nacionalismo cultural de izquierda, movimiento de
liberación nacional frente al colonialismo, independentismo andaluz,
federalismo…
Estas cuatro patas ideológicas muchas veces se encuentran vinculadas
entre sí, es decir: El nacionalismo andaluz se entiende, desde el SOC,
que solamente puede ser de izquierdas: Ya que va vinculado a la tierra y
el enemigo en común, el terrateniente, actúa en clave españolista. Por
tanto, el socialismo andaluz, concretamente el maoísmo andaluz que
representaba el PTA y que sigue presente en las luchas de la CUT, del
SAT y de otros movimientos del medio rural andaluz, siempre tienen una
vinculación con el soberanismo andaluz. De igual manera, la forma de
entender la religiosidad en los campos de Andalucía, al igual que pasa
en América Latina, tienen una vinculación fuerte con las dos anteriores
visiones, y no en vano “curas obreros” (o mejor, “curas jornaleros”)
fueron impulsores y dirigentes del Sindicato. Por último, la tradición
anarquista de los movimientos sociales del medio rural andaluz sigue muy
vigente en la forma de vida de la población jornalera, que entiende el
poder como la forma de opresión que cada día le explota en el campo por
un salario de miseria o le deja parado en la miseria sin trabajo.
Cada persona dentro del SAT experimenta estas cuatro patas ideológicas
en mayor o menor medida; Con mayor o menor grado de conciencia sobre
ello. Hoy en día, la mayoría de la militancia del SAT tiene
vinculaciones políticas. La CUT sigue siendo determinante, aunque la
pluralidad del sindicato es tal que va desde Asamblea de Andalucía, a IU
o Podemos, pasando por el independentismo andaluz minoritario y una
notable presencia del anarquismo. Además, entre la juventud destaca un
nutrido grupo de activistas de la organización Jaleo!!! que, desde 2010,
van cogiendo fuerza internamente, al estar siempre en primera línea de
acción. Lo que es indudable es que la influencia política del SAT en
Andalucía sobrepasa a la influencia que tuvo el SOC en su día, que no
fue poca. Si bien en los años 90 el SOC y sobre todo la CUT tuvieron
alguna influencia y cargos políticos dirigentes en la Izquierda Unida de
Luis Carlos Rejón, y llegó a tener de parlamentario a Sánchez Gordillo
en varias legislaturas y posteriormente a Álvaro García, hoy en día hay
más cargos públicos del SAT, no sólo en ayuntamientos y diputaciones,
sino dos parlamentarias andaluzas (Mari García y Libertad Benítez) y un
diputado en cortes, Diego Cañamero. Resaltamos a estas tres personas, si
bien hay más personas afiliadas al SAT con cargo público pero no son o
han sido represntantes públicos del mismo. Aunque, como hemos dicho
antes, el SAT es un sindicato plural y estas personas no representan
sino a los partidos políticos a los que pertenecen.
Las luchas del SOC han forjado algo que cuarenta años de franquismo
casi borran de la memoria: El orgullo de los y las jornaleras; La clase
obrera del medio rural. Cada lucha, cada reivindicación, cada ocupación
de fincas, cada corte de carreteras, cada huelga en el tajo, cada
expropiación… cada acción directa, siempre entendida como no-violencia
activa (es decir, sin causar daños personales) y acompañada de sus
reivindicaciones históricas, ha sido clave para la resistencia heróica
que el medio rural andaluz ha tenido para no desaparecer del mapa, como
ha pasado en otros territorios y naciones en el estado español. Si
entendemos que el PER no es la solución a un mundo rural cada vez más
injusto, sí debemos comprender que si no hubiera existido esa subvención
el medio rural andaluz no sería hoy el que es, y la emigración habría
desertificado nuestros pequeños pueblos y agro-ciudades. De la misma
forma no se entendería de igual forma la lucha por la tierra: ¿Qué sería
del medio rural andaluz sin una reivindicación como la de “Andalucía
entera como Marinaleda”?
Históricamente, el SOC ha buscado la unión del conjunto del pueblo
trabajador andaluz. Aunque en sus inicios el SOC estuvo vinculado al
Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT – 1979) y a la CSUT, con la
desaparición del Partido de los Traajadores (PTA) quedó aislado en el
medio rural. Fue ya a finales del siglo XX, cuando se dan pasos hacia lo
que posteriormente daría lugar al SAT. A mediados de los ’90 se
constituye la Mesa por la Intersindical Andaluza, que comprendía entre
otros al SOC, a USTEA, al Sindicato Unitario (con presencia en Huelva) y
al SUAT (con presencia sobre todo en la provincia de Málaga).
Ya en 1995 Gabi Lima exponía algunas dudas sobre la consolidación del
“Proyecto de Sindicato Andaluz”. Este dirigente del SUAT y miembro de
Nación Andaluza fue asesinado en extrañas circunstancias que nunca
fueron investigadas, en su Marbella natal y siendo uno de los más
aférrimos luchadores contra la mafia y la corrupción en la Costa del
Sol, llegando a tener fuerte presencia en el Comité de Empresa del
Ayuntamiento de Marbella en la época de GIL. En un artículo de ese año,
Gabi Lima ya dejaba entrever que CGT y SU no acabarían cuajando en un
proyecto sindicalista de unidad, y mostraba sus dudas sobre USTEA. No se
equivocó mucho: CGT ni siquiera llegó a entrar en la Mesa por la
Intersindical Andaluza, y el SU y USTEA no llegaron a integrarse en el
SAT en 2007, si bien USTEA tuvo un fuerte debate al respecto y hoy en
día tiene nexos de unión con el SAT. El SUAT se disolvió tras la muerte
de Gabi Lima en 2002, aunque la mayoría de sus integrantes acabaron
entrando en el SAT.
Ya en la época de la Mesa por la Intersindical Andaluza, el SOC pasó a
denominarse Sindicato de Obreros del Campo y del Medio Rural de
Andalucía (SOC-MRA). Y aunque la Intersindical no cuajó, en el SOC ya se
tenía en cuenta que el futuro del sindicalismo andaluz pasaría por la
unificación de luchas de los trabajadores, más allá del campo. Así, en
su congreso de 2005 en Mollina se aprobaron las bases para caminar hacia
un Sindicato Andaluz de Trabajadores que culminaría en la Asamblea
Constituyente de 2007, donde el SOC y otros sindicatos unieron
voluntades para conformar el S.A.T.
Desde 2007 la acción directa y el paulatino aumento de la presencia
del Sindicato en las ciudades han ido evolucionando de manera singular, y
sin dejar de crecer en ningún momento. El SAT tenía una ventaja
añadida, y es que desde la crisis que comenzó en este mismo 2007 el
proceso de “jornalerización” de la clase obrera urbana fue creciendo
hasta la precariedad que vivimos hoy en día, donde el 90% de los
contratos son temporales y un gran porcentaje de contratos son a tiempo
parcial o de una duración inferior a un mes (incluso inferior a una
semana). Pasamos así, sobre todo la juventud, a ir “de tajo en tajo” con
la indefensión que aquello conlleva; Más aún si tenemos en cuenta las
dos reformas laborales que aprobaron PSOE primero y PP después. Así,
mientras el sindicalismo tradicional, relacionado con CCOO y UGT, iba
perdiendo influencia por sus formas de trabajo, sus nulas
reivindicaciones y por la corrupción interna, el SAT iba consolidándose
como un sindicato de jornaleros, del campo y de la ciudad. Pero además
de eso, y sobre todo a partir del I Congreso del SAT en diciembre de
2011, el crecimiento de representación sindical en las empresas por
parte del SAT fue en aumento constante. Sevilla y Granada fueron las
pioneras, hasta el punto de tener más de 100 delegados sindicales en la
ciudad de Sevilla y área metropolitana en poco tiempo. El SAT repunta en
sectores como la hostelería (¿Qué mejor ejemplo de jornalerismo
urbano?), en el sector público y otros, cada vez con más fuerza. Y esto
sin dejar de tener actividad en el medio rural, que con la ocupación de
fincas y las reivindicaciones de jornales dignos, del fin del requisito
de peonadas, del acceso a la tierra, etc. sigue siendo el sector más
activo del Sindicato.
Hoy, cuarenta años después de la constitución del SOC, el SAT ha
sabido trasladar a las ciudades su forma de funcionamiento en el campo.
Pero además ha sabido evolucionar para adaptarse a los nuevos tiempos y
sigue moldeándose con la práctica para seguir creciendo tanto en el
medio rural como en el medio urbano. El SOC, con su experiencia y su
lucha diaria, sigue más vivo que nunca dentro del SAT. Ha tenido varias
crisis de crecimiento y ha salido reforzado de ellas. Hoy en día la
dirección del sindicato mezcla juventud y veteranía: Ímpetu y
experiencia. El ejemplo más claro está en el nuevo portavoz nacional,
Óscar Reina, y el portavoz saliente, Diego Cañamero. Pero no sólo estas
dos personas, sino que un nutrido número de personas menores de treinta
años nutren los cuadros medios del Sindicato, y algunos han llegado al
Comité Nacional y buena parte de ellos han sido designados para la
Comisión Permanente Nacional. Además, el área de Juventud coge fuerza, y
aprende de la veteranía que también sigue en la dirección. Este
Sindicato ha demostrado que la experiencia de cuarenta años y el empuje
de la juventud no sólo son compatibles, sino que son una necesaria
conjugación para llegar a ser lo que aún aspira: El Sindicato de los y
las Trabajadoras de toda Andalucía.