El diario El Periódico se ha hecho eco de la situación en que se encuentra el sistema de protección de menores de Catalunya, en el artículo Polvorín en los centros de menores tutelados por la Generalitat. La realidad de los centros de menores dependientes de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA) es inadmisible en lo laboral: plantillas sometidas a precariedad, explotación y relaciones laborales basadas en el sometimiento profesional. Pero lo realmente grave es la dickensiana situación que sufren las niñas y los niños "protegidos" en los centros. Un panorama desolador: deficientes instalaciones, plagas de piojos y chinches, hacinamiento, separación de hermanos, adoctrinamiento religioso, castigos medievales... Lo que lleva a fugas constantes. Incluso se han detectado menores tutelados inmersos en redes de prostitución.
Además, El Periódico también ha dado voz a las víctimas directas del sistema de protección de menores, publicando "Aprendí lo peor: a maltratar". Es sorprendente cómo una y otra vez coinciden los testimonios de gente que no se conoce y de diversos lugares, y cómo también coinciden las explicaciones de las autoridades y las osigés que manejan el tinglado. Y cómo al final, tras cada escándalo, nunca pasa nada, salvo alguna represalia contra menores y familias y algún que otro despido entre quienes denuncian (aunque a veces algunos imperios "solidarios" se desmoronan por la presión social, como O´Belen).
Los responsables de la DGAIA tienen que dimitir y depurarse las responsabilidades penales que sin duda se dirimirían en cualquier país serio y decente. Aunque esta vez puede que no todo quede impune. Las familias se están organizando y APRODEME ha decidido presentar una denuncia colectiva frente a la Fiscalía General del Estado y el Parlamento Europeo "contra el sistema de protección de menores de los servicios de bienestar social" que funciona en el estado español, ya que "se rompe sistemáticamente a familias, separando a los menores de las mismas, en la mayoría de los casos de forma abusiva y brutal". Otras tres organizaciones se han sumado a la iniciativa. El Periódico también se ha hecho eco de esta realidad, en Familias rotas por la retirada de niños denuncias abusos del sistema.
La situación catalana es extrapolable al resto del estado. Numerosos colectivos sociales llevan años denunciando los abusos del sistema de protección de menores y los malos tratos en centros de menores. Incluso instituciones nada sospechosas de radicalismo filoterrorista como el Defensor del Pueblo de España o Amnistía Internacional llevan años denunciando todo tipo de irregularidades y malos tratos. Y otro hito muy importante: en Catalunya el movimiento sindical ha abandonado el tradicional corporativismo y amarillismo en el sector y CCOO, UGT y CGT han impulsado la creación de la Plataforma en Defensa del Menor Tutelado. Éste es el camino, que movimiento obrero y moviminetos sociales en defensa de menores y familias que están surgiendo planten cara coordinadamente al sistema. Además, por fin la izquierda transformadora está empezando a encarar el problema en Catalunya, Comunidad de Madrid, Aragón...
La solución pasa por, en primer lugar, acabar con la privatización (de los centros de menores y de los servicios sociales en general). E introducir la tutela judicial en los procesos de retirada de tutelas. En definitiva hay que repensar el sistema en su totalidad, y el camino sólo se hace caminando...